Vampus Horror Tales

El castellano-leonés Saturnino García, aquel puntillero de la tercera edad concebido por La Cuadrilla, que fuera actor fetiche también de Álex de la Iglesia, sigue presumiendo de longevidad actoral a sus 85 años. Lo demuestra una vez más en Vampus Horror Tales, película de episodios (a lo Corman o Poe) en la que ejerce de maestro de ceremonias al interpretar a un enterrador de día (y desenterrador de noche) que se deleita compartiendo historias de amor necrófilo, mientras alimenta a su “mascota” con la carne de los incautos visitantes del camposanto… 

En realidad, el personaje de Vampus procede de un cortometraje previo de Víctor Matellano (también con Saturnino), uno de los directores y artífices de este proyecto, en el que además participan unos cuantos más de los nombres propios del cine de terror español de serie B (como Víctor Clavijo, Héctor Cantolla o José Luis Alemán). En Vampus Horror Tales, el interés y la densidad de las historias van de menos a más: si bien La boda, de Manuel Martínez Velasco y Cumpleaños, de Erika Elizalde, no dejan de ser simpáticas aproximaciones al género desde lugares comunes (ambientado en una escape-room el primero, y en un pasaje del terror el segundo), la cosa se pone seria -sin dejar de ser divertida- con Segunda cita, de Isaac Berrocal y Linaje, de Pablo Moreira -cortometrajista uruguayo que ambienta su historia vampírica en el epicentro de una pandemia-. Las caracterizaciones, los efectos de maquillaje y la elección por el blanco y negro en alta definición, tampoco deslucen una propuesta tan liviana como perversa, que encontrará antes nicho de mercado que ventanas de exhibición.