Críticas

Venom

Venom

Desde que el macarra de Todd McFarlane (el mismo de Spawn, para que te hagas una idea) lo dibujó por primera vez en 1988, Venom fue el epítome de personaje 'oscuro', 'duro' y 'sucio' en la escudería Marvel. Uno de esos villanos con los que podían identificarse los malotes de la clase (o los pringados que aspiraban a ser malotes, más bien), cuyo éxito entre el fandom no tardaba en convertirlos en antihéroes con colección propia. Y, en suma, un síntoma ejemplar de esa fiebre post-Watchmen que convirtió los cómics en hervideros de testosterona mal canalizada. ¿Cómo podemos calificar, pues, el hecho de que su filme aspire a ser la película de superhéroes más bufona y disparatada de la historia? Pues como justicia poética, por supuesto.

Aunque sus efectos digitales resulten solventes y asquerosillos, Venom no funciona ni de lejos como película de acción: sus set pieces cantan de lejos a segunda unidad y apenas consiguen despertar un chorrito de adrenalina. Como trabajo de terror, tampoco da la talla, porque la calificación para menores de 13 años que asegura su taquilla en EE UU niega las efusiones de gore que pide esta vertiente de su premisa. Ahora bien: como comedia gansa, no tiene precio. Y usamos la palabra "gansa" con plena intención, porque (a años luz de las sonrisas melancólicas de Spider-Man: Homecoming o del slapstick fino de Iron Man 3) el mayor atractivo del filme está en la interpretación de un Tom Hardy que sobreactúa con regodeo casi obsceno. En su doble papel como reportero de moral distraída y criatura de primigenia voracidad, el actor se esfuerza por escenificar él solo una competición de retruécanos y one liners que, a fuerza de intencionadamente necios, mueven automáticamente a la carcajada. En cuanto a Michelle Williams, puede que aceptara este trabajo solo por la pasta, pero si alguna vez niega el haberse tenido que aguantar la risa floja en algunas escenas (palabras clave: "beso" y "perrito"), mentirá como una bellaca.

El problema de Venom, pues, es su vinculación con la Casa de las Ideas, la saga de Spider-Man y el mundo de los superhéroes, en general. Si no sufriera las servidumbres comerciales y de marca que le impone el ser una adaptación, podría haberse decidido con libertad entre dos alternativas: o bien una historia de periodismo de investigación y terror lovecraftiano, como un híbrido de Alan J. Pakula y el Cronenberg de La mosca, o bien un festival del humor pringoso que podría titularse "Mi entidad caníbal del espacio exterior, mi novia abogada y yo". Ambas posibilidades hubieran estado muy bien, pero a nosotros (puestos a ser sinceros) nos habría gustado mucho más la segunda.

Valoración:

FICHA TÉCNICA

  • Director:
  • Género:

    Acción, Ciencia-ficción

  • País:

    EE UU

  • Sinopsis:

    Como periodista, Eddie lleva tiempo intentando desenmascarar al creador de la Fundación Vida, el famoso genio científico Carlton Drake. Al investigar uno de los experimentos de Drake, el ente alienígena Venom se fusiona con el cuerpo de Eddie, y el reportero adquiere de pronto nuevos e increíbles superpoderes.

  • REPARTO: tom hardy, Riz Ahmed, Michelle Williams, Woody Harrelson, Jenny Slate

  • GUIÓN: Jeff Pinkner, Kelly Marcel, Scott Rosenberg, Will Beall

  • VEREDICTO: Como película de superhéroes, nada especial. Como comedia caníbal, no tiene precio.

  • DURACIÓN: 112 min.

  • DISTRIBUIDORA: Sony

  • ESTRENO: 05/10/2018

Redactor 'Cinemanía'

Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Sus textos se publican en la revista Cinemanía desde 2005. Ha sido miembro fundador de Canino, web dedicada a la cultura popular, y redactor en el diario ADN, además de colaborador en medios como Mondo Sonoro, Neo2 y On Madrid-El País.

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