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Blanca Portillo ('Maixabel'): “Mi vida no podía ser sentarme a esperar”

Blanca Portillo
Sergio Parra

Blanca Portillo (Madrid, 1963) es uno de los rostros más conocidos del país. Ella misma recuerda en esta entrevista cómo su vida cambió tras 7 vidas, cuando pasó de ser una desconocida a que la gente por la calle la llamase Carlota, su personaje en la exitosa serie de televisión.  

Más mérito tiene por tanto que haya conseguido desaparecer detrás Maixabel, su vuelta al cine por todo lo alto tras títulos míticos de nuestro cine como El perro del hortelano, Volver o Los abrazos rotos. Ha sido Iciar Bollain quien le ha brindado la oportunidad de sentarse frente a otro grande del cine español, Luis Tosar, y de protagonizar la que sin duda va a ser una de las películas del año.

En Maixabel, Blanca Portillo interpreta a Maixabel Lasa, la viuda de Juan María Jáuregui. Este político socialista y gobernador civil de Guipúzcoa entre 1994 y 1996 fue asesinado por ETA el 29 de julio del año 2000. Once años después de su asesinato, los exetarras arrepentidos Ibon Etxezarreta Etxaniz (interpretado aquí por Tosar) y Luis María Carrasco Aseginolaza pidieron encontrarse con la viuda de su víctima y ella aceptó. Esta es su historia.

Creo que la inmersión que has hecho en este personaje es profundísima.

He hecho una inmersión brutal y creo que era necesario. Hay cosas de las que no puedes hablar de oídas. Había que cargar la mochila de cosas reales para luego interpretar a ese ser humano que es Maixabel. Entré en un universo que creía que conocía pero que desconocía por completo. Es un universo complejísimo y que te toca emocionalmente hasta el fondo. Te parte la cabeza en dos.

Había muchas generosidad y voluntad de difundir esta historia por parte de los protagonistas.

Esto es algo hermoso también porque lo hace más grande. Su interés es que esto se sepa. Tienen el deseo de que todo lo ocurrido salga hacia fuera y eso conecta con mi manera de vivir y trabajar. Yo hago las cosas para compartirlas con los demás, necesito sacarlas fuera. Para mí son gente ejemplar, son ejemplos de vida. Son referentes, como hombres, como mujeres, como ciudadanos.

Luis Tosar y Blanca Portillo en 'Maixabel'
Disney

¿Cómo es captar la esencia de alguien para interpretarlo? ¿Cómo te planteabas la construcción del personaje Maixabel?

Me preguntaba cómo hacerlo porque normalmente yo construyo un personaje que no existe. Aunque, en parte, sí que he hecho un poco el mismo proceso de siempre. Suelo hacer una inmersión en la época, en el lugar geográfico, los condicionantes. Ese fue el trabajo de inmersión que hice allí un mes antes del rodaje. Previamente, lo leí todo, todo lo que se ha escrito. Contacté con personas que me podían ayudar a conocer puntos de vista que yo no conocía. Contacté con gente que había conocido mucho a Maixabel y solo entonces me encontré con ella.

Pasaste mucho tiempo con Maixabel. ¿Cómo fueron esos encuentros?

Me daba mucho miedo conocerla, incluso tenía miedo de caerle mal. Me parecía una irreverencia. Sentarme delante de alguien que ha vivido el dolor más grande que se puede pasar. Pero nos entendimos enseguida. Es una persona tremendamente generosa, a pesar de que es de encaste vasco, como dice ella y dicen todos sus amigos. Maixabel es muy fuerte pero con un sistema emocional muy cálido, muy emotivo.

En cualquier caso, Maixabel ya existe. Nosotros hemos hecho un personaje, pero un personaje en el que está todo lo que aprendí de ella. Se creó un vínculo precioso entre las dos. Me ha cambiado la vida conocerla. A ella y a sus amigos. Y hacerlo de la mano de Iciar [Bollain] ha sido una maravilla. Yo nunca me he sentido tan cuidada, tan acompañada, tan sostenida, tan bien dirigida. Es un trabajo que no voy a olvidar jamás, me ha cambiado la vida. Más allá del resultado.

Maixabel
Disney

¿Qué rasgos de la personalidad de Maixabel has querido plasmar?

Hay dos cosas. Primero la fortaleza exterior con la que parece que es capaz de enfrentarse a todo, con el corazón abierto y siempre a flor de piel. La mínima expresión con mucho dentro. Es una cosa que siempre me ha gustado a la hora de trabajar. Un maestro me decía “Gesto contenuto, parco movimento, hondo sentimento”. Eso es Maixabel. Mucha temperatura emocional que se exterioriza lo justo. Y a nivel ideológico, hay una coherencia en Maixabel que yo no he visto en nadie. Es muy fácil teorizar sobre las cosas y muy difícil ponerlas en práctica sobre todo cuando te toca la vida donde más te duele. Ella cree en ciertas cosas, que los seres humanos merecen una segunda oportunidad, y lo ha llevado a cabo.

¿No es la interpretación un poco lo que hace Maixabel, ponerse en la piel del otro?

Eso es muy bonito. Recuerdo que una vez me preguntaron cuál había sido el personaje que más daño me había hecho interpretar y dije que Medea. Medea es una mujer que mata a sus hijos para hacer daño al marido que la deja tirada, en líneas generales. Yo nunca justificaré que una madre asesine a sus hijos pero cuando la interpreté me puse en su piel. Una cosa es que yo lo entienda y otra que lo justifique. Maixabel no justifica pero quiere entender y eso es muy grande. Y sí, es lo que hacemos los actores. Ella cuando se sienta delante de ese hombre lo que quiere es saber por qué llegó él a eso. Es un ejemplo. Si todos hiciéramos lo mismo juzgaríamos con menos facilidad.

Luis Tosar en 'Maixabel'
Disney

Fue idea tuya no encontrarte con Luis hasta la secuencia en la que vuestros personajes se ven por primera vez. ¿Cómo se te ocurrió?

Hubo momentos en los que me dije: “¿Para qué he dicho esto?”. Porque se iba acercando el día del rodaje de esa secuencia y cuanto más se acercaba más miedo me entraba. Pero creo que al final fue muy bueno. Tuve la suerte de tener delante a una mujer como Iciar capaz de aceptar algo así, un compañero como Luis que lo aceptó y un equipo entero que se puso de acuerdo para que nunca nos encontráramos. Es verdad que son dos personajes que van en paralelo, aunque sus vidas ya estaban unidas, hasta que se juntan. Yo había conocido a Luis pero le había visto solo una vez. Maixabel había visto a Ibon solo una vez en el juicio, detrás de una vitrina. Y lo digo sin ningún pudor. Luis Tosar es el mejor actor que yo conozco. Lo siento por todos los demás a los que admiro y amo, pero como Luis Tosar no hay otro. Entonces siempre que le he visto en el cine me ha impresionado. Tú a mí me dices que voy a trabajar con Al Pacino y me subo por las paredes de la alegría. Claro que tendría miedo. Pero con Luis me daba terror. Entonces había algo en ese sentimiento que era lo único que yo entendía que podía ser remotamente similar a lo que Maixabel tenía que sentir según se iba acercando el día de conocer al asesino de su marido.

¿Y cómo fue el encuentro?

Funcionó como un tiro. Ese día yo no lo voy a olvidar en lo que me queda de vida. Como experiencia profesional no he vivido una cosa parecida nunca. Yo entré y a mí se me olvidó Luis Tosar, me encontré con el asesino de mi marido. Iciar además hizo una cosa preciosa, nos dio tiempo para empezar. Y hubo unos momentos de silencio… Hicimos la secuencia sin cortar, del tirón, y fue tremendo. Yo no he vivido algo así jamás. Tengo la sensación de que Luis Tosar ya es una página de mi vida que nunca podré arrancar. Por eso que pasó. Y teníamos tres secuencias juntos, no teníamos más. Es un actor inconmensurable. 

¿Es este el papel de tu vida? 

Sí. Por todo lo que me ha aportado como persona, más allá de lo interesante del trabajo profesional. Me ha cambiado como ciudadana, como mujer, como persona. Me ha puesto en un lugar de riesgo personal, me ha hecho mejor. Si ahora la película desapareciese como por arte de mágica yo sé lo que me ha dado. Es un suceso más que un trabajo. Es un suceso en mi vida.

¿Crees que es importante contar historias como esta para no olvidar lo que fue ETA?

El punto de vista desde el que se cuenta creo que es el gran hallazgo de Iciar. Evidentemente hay un marco histórico pero más allá de eso hay un punto de vista muy humano que tiene que ver con cómo enfrentar la vida, de ser consciente de los errores, de sobreponerte, de construir en vez de destruir. Eso es intemporal, es eterno. Por eso creo que es una película que puede emocionar a un ciudadano japonés, a un chico de 20, o a una mujer de 60 que haya vivido en Donosti. Y en estos tiempos vivimos en un mundo donde está todo muy polarizado y creo que tiene un eco especial. Es una película muy humanista. Es un canto al humanismo. Va más allá del suceso histórico. Son unos personajes que deciden construir. Maixabel e Ibon. Casi todos los personajes quieren mirar hacia delante y darse una segunda oportunidad.

Luis Tosar y Blanca Portillo en 'Maixabel'
Disney

¿No has trabajado más en cine porque no han surgido proyectos interesantes o porque el teatro te llena más?

Ha habido un par de proyectos que se cayeron y tampoco recibo tantas proposiciones de cine. Tampoco me ha preocupado mucho. No me obsesiono porque si no se sufre muchísimo. Si te obsesionas con que algo pase y no pasa… Lo que ha venido siempre ha sido gozoso de hacer. Nunca me ha importado si era un protagonista o un personaje más pequeño. En el teatro sí hay cosas que las produzco yo y también me llegan proyectos bonitos. Para mí, lo importante no es hacer mucho ni hacer protagonistas sino hacer buenas historias con gente interesante.

Tener la capacidad de producir y dirigir obras de teatro te da mucha libertad.

Claro, yo eso lo decidí en 1999. Mi vida no podía ser sentarme a esperar. Ni tener que hacer un trabajo de relaciones públicas agotador y que no está en mi carácter. Así que desde el 99 llevo produciendo mis propios proyectos. Eso me da mucha tranquilidad y felicidad. Y además soy muy rigurosa, los hago y funcionan muy bien.

¿Y en el cine?

Reconozco que hace ya un tiempo que llevo pensando en dirigir. De hecho, abrí el epígrafe de mi empresa para que acogiese también producciones audiovisuales. Es que vas aprendiendo con los años. Yo estoy todo el día preguntando y olisqueando y hace tiempo que tengo en mente empezar con un corto. Antes pensaba que eso era muy difícil pero luego te das cuenta de que todo en esta vida se aprende y que gran parte es tener un buen equipo.

Ha pasado mucho tiempo desde 7 vidas pero, ¿sigue ocupando un lugar importante en tu vida?

Eso me llegó cuando yo tenía 37 años y llevaba desde los 18 haciendo teatro. Había hecho algunas incursiones en la tele, alguna peli, pero yo era un ser desconocido. Aparece esto y me cambia la vida por completo. La primera vez que me paré en un semáforo y alguien me dijo “¡Carlota!”, o la primera vez que entré en un bar y todo el mundo se calló, me dio un pequeño yuyu. Yo siempre he sido una observadora. Siempre digo que soy observatriz. Y pasé a ser el objeto observado. Eso me partió la cabeza. Pero también se abrió un panorama nuevo. En el ámbito profesional te ve mucha más gente. Mira, he cumplido 40 años dedicándome a esto, que es un pasada. Pues esto pasó hace 20, así que a la mitad del camino. Y claro que hay un antes y un después. Siempre estaré agradecida a 7 vidas y a Carlota. Es lo menos que puedo hacer.

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Redactora jefa 'Cinemania'

Puedes leerme en CINEMANÍA. Puedes verme en Historia de nuestro cine, el programa de cine español de La 2 en el que colaboro. Y puedes oírme en el podcast 'Mi vida en películas'. Estudié Periodismo y Humanidades en la universidad San Pablo-CEU y tengo un Máster en Literatura inglesa y norteamericana en la Universidad Complutense. He dirigido el documental 'El hombre que diseñó España' y estoy escribiendo un libro sobre la cineasta Cecilia Bartolomé.

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