"Bruce Willis fue el mayor dolor de cabeza de mi carrera": Antoine Fuqua y el legendario actor se odiaron durante el rodaje de esta película
El último cowboy del cine de acción se retiró hace dos años. Bruce Willis acabó precipitadamente su carrera debido a la afasia, enfermedad que afectaba a su capacidad para expresarse. Meses más tarde, se supo que también sufría una demencia frontotemporal de cierta gravedad. Bruce Willis, que comenzó a actuar para superar su tartamudez, ya no es capaz de hablar o leer. Detective Knight: Última misión fue la agridulce despedida de Willis tras actuar para Tarantino, De Palma, Shyamalan o McTiernan. Puede alquilarse en España en Apple TV+.
Bruce Willis fue uno de esos nombres sobre los que construyó el cine comercial de los ochenta, noventa y primeros dos mil. Su asalto a los cielos de Hollywood lo cogió trabajando como camarero, cuando se presentó para la audición de Hechizo de luna. Buscaban a una suerte de Cary Grant en libertad condicional. A una bomba sexual cuyos "te quiero" fueran tan verosímiles como sus "tú, te espero fuera". Cybill Shepard recuerda que la primera vez que lo vio, sintió que su temperatura subía varios grados. "Es este".
La relación de Shepard y Willis sufrió altibajos: Pasaron de besarse en casa de la actriz a gritarse en plató. Cuando Luz de luna terminó de emitirse, Willis reconoció que, para entonces, Shepard y él no se “llevaban muy bien” y nunca volverían a trabajar juntos. No ha sido el último roce de Willis con un compañero de rodaje, como bien supo Antoine Fuqua cuando rodó con el héroe de acción Lágrimas del sol.
¿Qué pasó entre Bruce Willis y Antoine Fuqua?
Si hay un hombre en Hollywood que haya estado en tantos tiroteos, peleas y misiones imposibles como Bruce Willis, ese es Antoine Fuqua. Él, sin embargo, al otro lado de la cámara. El director de Training day, The Equalizer o Shooter rodó Lágrimas del sol con Willis en 2003. Y la experiencia no fue muy satisfactoria.
La película, disponible en Apple TV+ y Rakuten TV para alquiler y venta, no es el título más lucido de ninguno de los dos implicados, que no volvieron a colaborar. Su taquilla se quedó por debajo de lo esperado y las críticas negativas arreciaron, ya fuera por lo manido de la propuesta (para los dos mil, Bruce Willis ya había salvado el mundo demasiadas veces) o por la presunta derechización del mensaje.
En 2014, Fuqua describió a Willis como “el mayor dolor de cabeza” de su carrera. Aunque reconoció que, fuera de cámara, tenían buena relación, Lágrimas del sol los separó. El notorio carácter indómito de Willis no armonizaba con la prominente personalidad de Fuqua. En este pulso, ninguno hacía concesiones, y el rodaje avanzaba a trompicones. La tensión llegó hasta tal punto que, para rebajarla dentro de lo posible, ambos hicieron un pacto: nunca volverían a trabajar juntos.
A partir de ahí, se relajaron lo suficiente como para acabar la película. En realidad, la mayor tragedia de Lágrimas del sol no fueron las fricciones entre Willis y Fuqua, sino la muerte de un doble de acción. El especialista debía caer en paracaídas en la costa, pero un error de cálculo ubicó su aterrizaje en alta mar, y se ahogó.
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