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Cómics brutales, pelis familiares: blockbusters y series que le quitaron la sangre a las viñetas

Cómics brutales, pelis familiares: blockbusters y series que le quitaron la sangre a las viñetas

Que un cómic no tiene por qué ser un producto para niños es algo bien sabido, por lo menos, desde la década de 1960. Pero Hollywood a veces no se entera de ello... o, en ocasiones, no le interesa enterarse. Algunos de los blockbusters infantiles o juveniles más exitosos de los últimos tiempos han nacido al aplicar la misma fórmula: coger un tebeo para adultos particularmente sangriento y destrozón, quedarse sólo con la premisa y aligerar notoriamente su carga de violencia, sangre y demencia. Como verás a continuación, las películas que resultan de esta fórmula pueden ser bastante duras a veces, pero te aseguramos que no provocan ni de lejos el mismo mal rollo que sus originales dibujados.

La Máscara

La película: Si eras niño o adolescente en los 90, seguro que recuerdas a ese Jim Carrey de rostro verdoso y polimorfo. Y seguro que también recuerdas a Cameron Diaz. En todo caso, y dejando su calidad aparte, hablamos de una comedia de acción alegre y destrozona que se beneficiaba de un uso pionero del CGI.

El original: Un clásico del cómic independiente desde que John Arcudi Doug Manhke lo crearon en 1987, La Máscara se ha caracterizado siempre por una profusión brutal de sangre e higadillos. Aquí, más que cantar el Cuban Pete, el personaje titular se dedica a masacrar de formas salvajes (a la par que ingeniosas) a todo aquel que le lleva la contraria. Ah, y ¿recuerdas a Stanley Ipkiss, el personaje interpretado por Carrey? Pues es un ultraderechista majara que acaba muriendo... en el primer número del cómic.

Men in Black

La película: Con el primer filme de esta trilogía, Will Smith se convirtió definitivamente en superestrella de cine, y Tommy Lee Jones nos demostró que una cara pétrea (y un buen nivel de español) son herramientas del todo necesarias para tratar con alienígenas infiltrados en la Tierra.

El original: El agente es un mindundi. El agente es un bastardo fascista de gatillo fácil. Y, cuando ambos quieren taparle la boca a un testigo incómodo… dejémoslo en que no usan el neuralizador, precisamente. El cómic de Men in Black, creado en 1990 por Lowell Cunningham Sandy Carruthers, fue un ejemplo de esa 'edad oscura' que sacudió al mundo del comic book hace 20 años, así como de la obsesión por la ufología que campó en esa misma época. Y también se trató de un trabajo de calidad muy discutible y sin apenas sentido del humor: esta vez podemos darle las gracias a Barry Sonnenfeld por tomarse tantas libertades.

Kick-Ass

La película: ¿Muy violento para ser un filme de superhéroes? Pues sí: el crujido de los huesos de Aaron Taylor-Johnson al romperse nos sigue dando dentera. Pero, pese a ello, es difícil resistirse al encanto nerd del protagonista, a esa bonita historia de amor con Katie (Lyndsy Fonseca) y a esa Hit-Girl (Chloë Grace Moretz) tan mona, tan riquiña y tan psicópata.

El original: El hecho de que Kick-Ass resulte aún más extrema en papel que en cine se explica en dos palabras: "Mark Millar". Gracias al desabrido guionista escocés (que, por otra parte, le da su bendición a los filmes), el héroe de la historia es un baboso de manual y Katie una bruja sin sentimientos que domina su instituto con puño de acero. En cuanto a Hit-Girl, dejémoslo en que ver a una niña prepúber cubierta de sangre y masacrando criminales no resulta épico, sino deprimente.

Ninja Turtles

La serie (y las películas): ¡Nombres renacentistas! ¡Pizza! ¡Disfraces de gomaespuma! Tanto en formato animado como en esas dos películas (1990 y 1991) que podían dar pesadillas de puro cutres, los quelonios adolescentes ninjas y mutantes fueron uno de los productos para niños más populares de su década. Y, todavía hoy, siguen teniendo fans a cascoporro.

El original: Gracias al éxito de Howard el Pato (el cómic original de Steve Gerber, no la desastrosa película), los animales antropomorfos se pusieron de moda en el cómic de finales de los 80. Claro que una cosa es hacer un tebeo con animalitos que hablan... y otra cosa que ese tebeo no sea un homenaje grotesco al cine de artes marciales, con sus katanazos, sus amputaciones y su sangre a chorros. Y justo esto último es lo que fueron los trabajos originales de Kevin Eastman y Peter Laird y  Las películas de las tortugas producidas por Michael Bay (2014 y 2016) recuperaron en parte ese espíritu, pero, visto cómo salieron, casi que podrían haberse ahorrado el esfuerzo.

Wanted

La película: Aunque diste de ser un clásico, seguro que recuerdas un par de cosas sobre este filme: que en él salía Angelina Jolie, y que el protagonista (James McAvoy) era el heredero de una sociedad de asesinos que controlaba el destino del mundo. O algo así. La verdad es que todo aquello del telar era complicado que te pasas.

El original: ¿Otro tebeo de Mark Millar? Pues sí. Y muy profundos fueron los cambios en esta ocasión, porque el guionista original reniega del filme. No es para menos: Wanted, la película, no sólo cambió completamente el guion del cómic (dejando el nombre y poco más), sino que alteró completamente el sentido de una historia que nos hace presenciar la transformación del héroe en un supervillano sin escrúpulos. Dejémoslo en que, en el cómic, la frase final de McAvoy es "¡Esta es mi cara mientras te follo por el culo!". Qué diferencia...

Star contra las fuerzas del mal

La serie: Los tiempos han cambiado, e incluso una serie de Disney Channel puede permitirse dar caña de vez en cuando. Véase el caso de  Star Butterfly, esa princesa extradimensional cuyas aventuras (en la línea de Hora de aventuras, Steven Universe y otros hits animados de hoy en día) se permiten sus gotitas de terror cósmico, sus escenas de acción y sus tormentas de narvales.

El original: Antes de que Disney llamase a su puerta, Daron Nefcy publicó Star... en formato webcomic, con gran éxito. Y parte de ese éxito se debía a algo que resultaría inconcebible en un producto infantil. Porque, en el cómic, las aventuras de Star no son reales, sino alucinaciones, y la protagonista bien podría sufrir un trastorno mental incipiente (su obsesión por Sailor Moon tampoco ayuda). A nosotros nos habría encantado ver en la pantalla a la Princesa Cabezapony en su forma original, con icor verdoso brotando de su cuello amputado…

Redactor 'Cinemanía'

Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Sus textos se publican en la revista Cinemanía desde 2005. Ha sido miembro fundador de Canino, web dedicada a la cultura popular, y redactor en el diario ADN, además de colaborador en medios como Mondo Sonoro, Neo2 y On Madrid-El País.

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