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Denzel Washington aconsejó a Will Smith que no besara a otro hombre frente a la cámara

Will Smith en 'Seis grados de separación'.
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Ahora que les acabamos de ver en los Oscar, uno usando el rostro de Chris Rock como punching ball y el otro ejerciendo como voz de la razón, es el momento de recordar que no es la primera vez que Will Smith recibe un consejo importante de labios de Denzel Washington. Solo que la primera advertencia formulada por el actor de Malcolm X a su colega puede parecer, hoy en día, muy objetable. 

En 1993, con El príncipe de Bel Air triunfando en TV, era el momento de que Will Smith diera el salto de rapero protagonista de una telecomedia a actor con todas las de la ley. Y, aunque no fue su primer largometraje, el título elegido para dicho salto fue Seis grados de separación, una comedia dramática en la que también actuaban Ian McKellen, Donald Sutherland, Stockard Channing y Heather Graham, entre otros. 

Basada en una obra de teatro que, a su vez, partía de una historia real, Seis grados… presentaba a Smith como un timador que medraba en la alta sociedad neoyorquina haciéndose pasar por el hijo de Sydney Poitier. Un papel hecho a su medida, como sabemos ahora, salvo por el detalle de que el personaje era, además, homosexual, y debía besar a Anthony Michael Hall en una escena. 

Si interpretar a un personaje gay puede ser peliagudo para un actor hetero (o para un actor, a secas) en 2022, en 1993 resultaba algo todavía más comprometedor: casos como el de Tom Hanks en Philadelphia, aquel mismo año, resultaban excepciones aclamadas, precisamente, por su rareza. 

Así pues, Will Smith le planteó el dilema a Denzel Washington, y las palabras del actor fueron contundentes: "No vas a besar a ningún tío". Si Smith aceptaba rodar esa escena, insistió Washington, podía suponer el fin de su carrera, así que la mejor estrategia sería esperar a que la cinta estuviera en producción y, después, negarse a besar a Hall: así, su pupilo conservaría el papel, y los productores no tendrían más remedio que plegarse a dicha negativa. 

De esta manera, el beso de la discordia acabó resuelto mediante un truco de montaje. Un truco tan obvio, de hecho, que provocó en los espectadores de entonces copiosas dosis de lo que ahora llamaríamos "cringe"

Bastante olvidada hoy en día, Seis grados… fue un fracaso de taquilla (6 millones de dólares recaudados frente a 15 de presupuesto), pero tuvo críticas positivas y consiguió una nominación al Oscar para Stockard Channing. Como sabemos, el premio a Mejor actor principal fue para Tom Hanks, precisamente por Philadelphia: tal vez el consejo de Denzel Washington no fuese tan atinado, después de todo. 

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