El duro camino de 'Eternals': de un cómic frustrado a liderar la Fase 4 de Marvel

Jack Kirby siempre estuvo obsesionado con la mitología. En los años 70, tras varios proyectos fallidos, berrinches a cuenta de Stan Lee y un paso agridulce por DC con El Cuarto Mundo, el prolífico artista regresó a Marvel con la promesa de que le permitirían hacer lo que le diera la gana. Se aferró a esa libertad creativa y, retomando ideas que no pudo desarrollar en sus Nuevos Dioses para la Distinguida Competencia, dio forma a Los Eternos, una odisea cósmica que bebía de la pasión por la cultura grecorromana y mesoamericana de Kirby, así como de Recuerdos del futuro, célebre obra de Erich von Däniken que defendía que las religiones de las civilizaciones antiguas fueron transmitidas por aliens.

Así, en 1976, Kirby nos trasladó al origen de la humanidad, con los Celestiales, creadores de la vida en la Tierra, concibiendo no solo a los seres humanos, sino también a los Eternos, protectores inmortales que inspirarían los grandes mitos; y a los Desviantes, su versión fallida. En las viñetas, todo arrancaba con una excavación arqueológica en los Andes y unas ruinas del imperio Inca dedicadas a unos gigantes del espacio, los Celestiales. De la mano del Eterno Ikaris, nos adentrábamos en la historia de una familia mitológica en perpetua guerra con los Desviantes.

Lamentablemente, Kirby tampoco pudo terminar esta colección tan personal, pero su aportación con los Eternos a Marvel es incuestionable: introdujo un origen, con conceptos y personajes que han perdurado en manos de otros creadores. Hemos visto a estos seres superiores enfrentarse a Hulk o luchar junto a Thor y los Vengadores. Como anécdota, en 2006 Neil Gaiman se atrevió a dar una segunda vida a los protagonistas, esta vez amnésicos, con mejores intenciones que resultados. Ahora les toca reivindicarse en pantalla.

Del mito al MCU

Cuando Marvel Studios anunció que preparaba una película sobre los Eternos, los medios especializados y las webs comiqueras se llenaron de artículos explicando quiénes eran los miembros de esta estirpe cósmica. Hasta muchos Marvel Zombies reconocían en redes que habían tenido que echar un vistazo en Google para recordar el recorrido de los héroes inmortales en los cómics. “¿Por qué demonios apuesta Kevin Feige por estos ‘perdedores’ en lugar de por los Inhumanos?”, se preguntaban muchos. Si bien la Familia Real no había tenido la mejor de las suertes en su salto a la pantalla, su adaptación parecía menos arriesgada que Eternals.

Tal vez resida ahí la clave de todo: en el riesgo. El MCU no se ha construido eludiendo el riesgo, sino abrazándolo. Si echamos la vista atrás a ese año 2008 en el que Iron Man revolucionó sin saberlo el cine de capas y mallas, recordaremos que nadie daba un duro por aquella apuesta, protagonizada por un héroe segundón con el problemático Robert Downey Jr. y Jon ‘el director de Elf’ Favreau. Lo mismo pasó con ese Chris Evans post-Los 4 Fantásticos en la incómoda licra de un héroe patriótico o con un Chris Hemsworth al que los medios calificaban de ‘don nadie’ cuando fichó por Thor. Por no hablar de Los guardianes de la galaxia, totalmente descatalogados en las viñetas mientras aterrizaban con su irreverencia y su música pop en gran pantalla.

Lo que sí ha cambiado respecto a esa Marvel Studios primeriza son los nombres propios que se esconden tras los héroes, cada vez más rimbombantes. Ahora confían sus personajes (eso sí, abogando por la diversidad y la inclusividad) a estrellas consolidadas y respetadas en la industria como Angelina Jolie o Salma Hayek, sin por ello prescindir de actores ‘de moda’ como Richard Madden o Kit Harington, salidos de Juego de tronos. El nombre detrás del filme tampoco despierta tanto recelo como el de Favreau hace 13 años. Tras el Oscar por Nomadland, Chloé Zhao aborda este filme con un gusto estético y una mirada avalada por los Académicos.

A ella, que consiguió convencer a Kevin Feige de su visión de Eternals con imágenes de los mundos minuciosamente creados por Denis Villeneuve en La llegada o Blade Runner 2049, le toca encajar a estos héroes prácticamente desconocidos en ese puzle tan bien armado que es el Universo Marvel en pantalla. El reto es mayúsculo: contar una historia que abarca miles de años, desde el origen de la humanidad hasta el actual mundo de Vengadores en el que los Eternos se ven obligados a salir de las sombras para reunirse contra su enemigo más antiguo, los Desviantes.

De momento, no se espera la presencia de ningún protagonista del MCU en la apuesta de Zhao, aunque recordemos que estos seres inmortales ya se han dejado ver en las salas: Thanos (Josh Brolin) es primo de Thena (Jolie), mientras que Ego (Kurt Russell), padre de Peter Quill (Chris Pratt), era un Celestial. Nos apostamos la corona de Ajak a que en el futuro marvelita más inmediato, ese que promete multiversos y guerras espaciales, veremos a los Eternos junto a la nueva generación vengadora. Quién sabe, confiando en el historial de Marvel Studios, hasta podrían redimirse y fidelizar a esos fans que se resistieron a sus mitos, trifulcas y amoríos en los tebeos de Kirby (y Gaiman).

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