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Drogas, improvisación y besos no consensuados: el errático comportamiento de Coppola durante el rodaje de 'Megalópolis'

Adam Driver en 'Megalópolis'.

Va quedando menos para que Megalópolis vea la luz dentro del Festival de Cannes, y la crítica internacional pueda resolver la incógnita sobre qué ha venido preparando Francis Ford Coppola… durante los últimos 40 años. La película protagonizada por Adam Driver está marcada por una narrativa casi más épica de lo que apunta a ser su escala en sí: Coppola la ha financiado totalmente de su bolsillo (con un presupuesto no precisamente escueto), y llega a Cannes con el precedente del fallecimiento de su mujer Eleanor (a quien va dedicada Megalópolis) así como con la duda de qué distribuidoras querrán hacerse cargo de ella.

En España se encargará Tripictures, pero en Hollywood cunde una gran desconfianza hacia las opciones comerciales de este apasionado proyecto de Coppola. El director estadounidense, aunque tuviera una gran racha en los 70 (combinó dos entregas de El padrino con La conversación y Apocalypse Now), también ha desarrollado una carrera llena de fracasos y de, lo que es peor, demostraciones de que es un cineasta conflictivo y caótico. Apocalypse Now fue finalmente una obra maestra, pero tras un rodaje traumático como acto seguido lo fue Corazonada, arruinando las finanzas de Coppola. Fue durante el rodaje de Corazonada, justamente, cuando Coppola empezó a idear Megalópolis.

Desde 1997, por lo demás, Coppola solo ha dirigido tres películas sin demasiado éxito (El hombre sin edad, Tetro y Twixt), con lo que hay motivo suficiente para sospechar que Megalópolis puede ser un fiasco. The Guardian acaba de contribuir a intensificar este clima de tensión, publicando un amplio reportaje donde repasa la gestación de Megalópolis… y no solo confirma el caos, sino que además lanza acusaciones de conducta problemática contra Coppola. El director de 85 años habría tenido un comportamiento abusivo con algunas profesionales del set, “obligando a las mujeres a sentarse en su regazo”.

“Durante una escena de orgía en un club nocturno, los testigos dicen que Coppola entró en el plató e intentó besar a algunas de las extras en top less con poca ropa”, leemos en la pieza. La idea de Coppola habría sido “intentar ponerles de buen humor”. En esta misma línea, otros miembros del equipo apuntan al descontrol al que abocó Coppola con su gestión descuidada: “A menudo se quedaba sentado en su caravana horas y horas, sin hablar con nadie, fumando marihuana. Pasaban horas sin que rodara nada”. Coppola, que habría vendido parte de su extenso patrimonio vinícola para financiar Megalópolis, también tuvo una relación tensa con algunos actores, y no supo administrar la tecnología digital del film.

Este rodaje es una ruina (otra vez)

En el primer caso se habla de que hubo fricciones con Shia LaBeouf (actor cuya presencia en Megalópolis ya podría ser calificada en sí misma de problemática, con unas acusaciones de violencia sexual que comparte Dustin Hoffman, también presente en el reparto). Luego, además, Coppola cambió de idea a mitad de rodaje sobre la tecnología que había que emplear para los escenarios de ciencia ficción que requiere Megalópolis: empezó con el Volume de pantallas LED envolventes que se ha venido usando en Hollywood desde The Mandalorian, y luego optó por una alternativa más tradicional de pantallas verdes.

Como resultado de estos cambios en diciembre de 2022, cuando el rodaje distaba de terminar, una parte importante del equipo de efectos especiales dimitió. “Todos éramos conscientes de estar participando en lo que podría ser un final realmente triste para su carrera”, cuenta otro miembro del rodaje. “Parece una locura, pero había momentos en los que todos pensábamos ‘¿este tío ha hecho alguna vez una película?’”. Los testimonios apuntan a que los viejos métodos de Coppola no han casado bien con las necesidades de rodar una película de gran presupuesto en la actualidad, y el director se ha visto superado por ellas.

Megalópolis narra cómo un arquitecto (Driver) se enfrenta al alcalde de una ciudad futurista (Giancarlo Esposito) que acaba de sufrir una catástrofe con su proyecto de remodelación urbana, con la hija del alcalde susodicho de por medio (Nathalie Emmanuel) y otros personajes secundarios interpretados por Labeouf, Hoffman, Aubrey Plaza, Jon Voight y Laurence Fishburne. En paralelo al reportaje (que ha sido publicado tres días antes de la premiere en Cannes) la productora de Coppola American Zoetrope ha publicado un tráiler completo, mientras hay quien sospecha del verdadero carácter de estas filtraciones.

Darren Demetre, coproductor ejecutivo de Megalópolis, ha aclarado que Coppola “besó a algunas extras en la mejilla de forma amistosa”. Al mismo tiempo la película ya lidia con opiniones furibundas que aseguran que es un desastre: “Es tan mala que da pena verla”. “Cualquiera que invierta aquí va a perder dinero. Así no es como Coppola debería terminar su carrera como director”, hemos podido leer en algunos medios. Desde World of Reel se preguntan si todo no obedecerá a una estrategia para arruinar el estreno de la película, e intensificar el miedo de los distribuidoras a adquirirla y estrenarla en EE.UU.

“Esto no es más que una campaña de desprestigio de estudios asustados para lidiar con la amenaza que supone para su modelo de negocio. Es una conspiración para destruirle”, ha asegurado un productor anónimo. Sea como sea, ahora mismo la imagen pública de Megalópolis deja bastante que desear, aunque las cosas podrían empezar a enderezarse según las críticas que lleguen de Cannes próximamente. 

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