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La primera biografía autorizada de Elizabeth Taylor: un romance con Colin Farrell, ocho matrimonios y muchos tranquilizantes

Elizabeth Taylor en 'La gata sobre el tejado de zinc'
GTRES

El 23 de marzo de 2011, el mundo del cine lloró desconsoladamente la muerte de un hito, Elizabeth Taylor. Un terremoto femenino que protagonizó referentes cinematográficos como La gata sobre el tejado de zin o Cleopatra, ganó dos premios Oscar por Una mujer marcada y ¿Quién teme a Virginia Woolf?, y deslumbró con su belleza y talento durante más de seis décadas. Una estrella del Hollywood dorado a la que ahora podemos conocer más a través de su primera biografía autorizada, Elizabeth Taylor: The Grit & Glamour of an Icon (Elizabeth Taylor: el valor y el glamour de un icono). 

Las memorias de la estrella hollywoodiense abordan los capítulos más conflictivos de su juventud y los conquistas sentimentales que la gran pantalla trajo a su vida. 512 páginas repletas de esfuerzo, pasión y dolor, donde la autora Kate Andersen Brower (Primeras mujeres: la gracia y el poder de las primeras damas modernas de los Estados Unidos) indaga en su recorrido vital y en su apogeo en la industria. 

Se trata de la primera biografía autorizada de Taylor, que, después de tres años de elaboración, ha contado con hasta 7358 cartas  y 250 entrevistas de sus seres queridos más cercanos. Algunas de las misivas que Taylor escribió ni siquiera se enviaron, incluidas algunas dirigidas a su enamorado Richard Burton y a su amigo cercano Michael Jackson, después de la muerte del cantante en 2009. 

Entre los diversos episodios narrados en el libro, Brower narra la lucha contra las adicciones de la actriz, los abusos sexuales y el maltrato que sufrió, y su defensa de los enfermos de SIDA en los 80. Unas vivencias que marcaron su existencia y se sumaron también a la importancia que el amor y la amistad tuvieron en su propia trayectoria personal y profesional. 

Una obra en la que también encontramos los recuerdos de algunos de sus allegados, entre los que se hallan los actores Demi Moore, Carol Burnett o Colin Farrell, así como de antiguos amores como George Hamilton, Robert Wagner y su exmarido el senador John Warner.

Ocho matrimonios y víctima de malos tratos

"La resiliencia era negarse a ser una víctima. Su padre la golpeó porque se sintió intimidado, ya que su hija de 12 años ganaba más dinero que él. Aunque se reconciliaron cuando tenía 20 años", señala para People la autora de la biografía. "Pero ella se levantó de nuevo, como estuvo a punto de morir a los 20 años cuando tuvo neumonía, y siguió y siguió. Nunca se dio por vencida". Una relación conflictiva con el género masculino desde su lozanía, que también se tradujo en unos agitados amoríos. 

Sus relaciones sentimentales quedaron marcadas por la figuras de actores como Michael Wilding, 20 años mayor que ella y con el que tuvo a sus dos primeros hijos, o el productor fallecido prematuramente Mike Todd, con el que tuvo un breve romance y al que siempre señaló como uno de sus tres grandes amores (junto a Richard Burton y las joyas). 

De hecho, la neumonía que casi acabó con su vida, en los años 60, fue el inicio de una nueva etapa en su vida. Por aquel entonces, Twentieth Century Fox decidió trasladar el rodaje de Cleopatra de Londres a Roma, con el objetivo de facilitar su recuperación. Unas grabaciones en las que finalmente conocería al actor Richard Burton, el gran amor de su vida. Un hombre que marcó sus días y con el que llegó a trabajar en 11 películas, mientras su romance se hacía de dominio público. Junto a Burton tendría a sus otras dos hijas. 

Una relación tóxica en la que llegaron a amarse y detestarse simultáneamente, donde los celos, las peleas, el alcohol y las drogas fueron habituales. Una década compartida hasta su primer divorcio acaecido en 1974. Unos meses después, ambos volvían a contraer matrimonio y los conflictos se repetían, causando el final definitivo de su relación.

Taylor llegaría a casarse hasta en ocho ocasiones, con siete hombres diferentes, dando lugar a innumerables remembranzas. Así, la biografía recoge también el momento en el que Eddie Fisher, su cuarto marido, le apuntó con una pistola en la cabeza y  dijo: "No te preocupes, eres demasiado hermosa para matarte". 

La actriz Debbie Reynolds estaba casada con Fisher cuando comenzó su relación con Taylor, lo que hizo que odiara durante un tiempo a Taylor. Una enemistad zanjada en un viaje de ambas en el crucero Queen Elizabeth, en 1966, que provocó que se hicieran grandes amigas hasta el final. 

Aliada LGTBI y su relación con Colin Farrell

El compromiso de Elizabeth Taylor en la lucha contra el SIDA quedó patente después de la muerte de algunos de sus grandes amigos, como la del talentoso Rock Hudson en 1985. Una gran amiga que también demostró su carácter más afable en su cercanía a actores como Montgomery Clift, al que salvó de morir asfixiado al quitarle dos dientes que le obstruían la garganta, en un accidente de coche ocurrido en 1956. Y, además, también hizo la vez de terapeuta de James Dean en el rodaje de Gigante, donde llegó a confesarle los abusos que este había sufrido de pequeño. 

Una cercanía a actores emblemáticos y homosexuales de la industria, con los que fue relacionada sentimentalmente en los tabloides, en una época en la que era imposible salir del armario, y que posteriormente causaron que fuera considerada como una aliada LGTBI. 

Así mismo, entre las decenas de conquistas de la actriz a lo largo de los años sorprende la aparición de nombres como Colin Farrell, con el que se llevaba 44 años de diferencia. Y que también terminó transformándose en uno de los mejores amigos en sus últimos años. El ingreso hospitalario de Taylor en 2009 coincidió con la paternidad de Farrell, donde tuvieron un encuentro fortuito y el actor pidió al representante de Taylor una cita. Ambos se verían posteriormente en multitud de ocasiones y Farrell, quien le recordaba a Burton, aprovechaba estos instantes para leerle libros y hacerle compañía. Un romance, a todos los efectos, que no llegó a consumarse nunca. 

Su problema con las drogas 

Los problemas de Taylor con las drogas se hicieron evidentes para los suyos en los años 70, cuando la actriz pidió a su hijo Christopher Edward Wilding que le ayudara a inyectarse en la rodilla Demerol [un narcótico analgésico]. Un suceso que provocó que su hijo se mudara de casa. "Era como Dios, creías que lo tenía todo. Pero en realidad, siempre había un vacío que intentaba llenar", destaca  Chris. 

El consumo de sustancias y alcohol agravó los problemas de la actriz anglo-estadounidense, quien tuvo que ser ingresada en varias ocasiones por problemas de cadera y de espalda, y fue operada de un tumor cerebral benigno en los 90, así como del corazón en 2009. Finalmente, los problemas cardíacos se repitieron en 2011 y supusieron el fin de la leyenda a los 79 años, dejando un extenso legado, tanto delante como detrás de las cámaras. 

La distribución internacional de Elizabeth Taylor: The Grit & Glamour of an Icon ha comenzado de la mano de HarperCollins, aunque por el momento no está disponible en las librerías españolas. La versión digital en inglés está disponible ya a través de Google Ebooks

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Redactor 'Cinemanía'

Amante del cine de terror y la fantasía. Estudié Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, especializándome después con el Máster de Periodismo Multimedia Profesional en la Universidad Complutense. Di mis primeros pasos en Unidad Editorial, SensaCine y la Agencia EFE. Actualmente escribo para CINEMANÍA, donde llevo más de cinco años abordando las películas y las series del momento.

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