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Todo por un tuit: Russell Crowe impulsa accidentalmente la reforma urbana de Bangkok

Russell Crowe

Puede sonar frívolo, pero las estrellas de Hollywood son capaces de cambiar el mundo. No porque sean personas excepcionales de por sí, sino porque la influencia mediática que atesoran es capaz, llegado el momento, de precipitar acontecimientos que no podrían asumir otras personas más informadas o concienciadas. Es sintomático lo que acaba de ocurrir, en este sentido, con Russell Crowe en Bangkok. El oscarizado actor pasó septiembre y octubre en la capital de Tailandia, rodando The Greatest Beer Run Ever junto a Bill Murray y Zac Efron y bajo la dirección de Peter Farrelly. Durante su estancia, no pudo evitar fijarse en uno de los detalles más característicos (y preocupantes) de la ciudad.

Bangkok posee un sistema de cableado al borde del colapso, con multitud de cables suspendidos entre postes y atados en nudos desordenados que ocasionalmente bajan al nivel de la calle y se quedan a la altura de la cabeza de los transeúntes. “Si paseas por mi zona hay muchos cables colgando a la altura de las personas o tirados por el suelo a lo largo de la zona peatonal”, comenta para The Guardian la profesora Kullapa Sakkaravech. Ella vive en el nuevo distrito comercial de Bangkok, y frente a su apartamento hay nubes y nubes de cables enroscados. “Aparte de ser poco atractivo, esto puede ser peligroso para los niños, y especialmente peligroso en época de lluvias e inundaciones”.

A Crowe, naturalmente, no le pasó desapercibido todo esto, y publicó un tuit sobre el asunto. En ese “Bangkok dreaming” que encabezaba una imagen de los cables de Bangkok cabía rastrear bastante sorna, pero su publicación ha obtenido un eco inaudito en las redes sociales, animando a otros usuarios a subir fotos de la penosa situación en las calles de Bangkok, sepultadas por cables de comunicación y eléctricos. Las preguntas y quejas por el estado del cableado inundaron Twitter, y en primera instancia exigieron una respuesta por parte de la Autoridad Metropolitana de Electricidad de Bangkok.

Este organismo se apresuró a matizar que los cables que Crowe mostraba en su foto eran de comunicación, y no eléctricos. Rechazaba de este modo su responsabilidad, pero no atinó a rebajar la preocupación pública por esta situación, espoleada por Crowe en tanto a “embajador accidental”. Ahora Prayuth Chan-o-cha, primer ministro tailandés, ha solicitado una mejor organización de los cables (tanto de electricidad como de comunicaciones), y las autoridades se proponen arreglar en los próximos días hasta 127 kilómetros de cableado. El doctor Napong Rugkhapan, profesor adjunto de planificación urbana en Bangkok, avisa de que esto no va a ser fácil.

Un problema muy amplio

El cableado de la capital tailandesa está terriblemente enmarañado, y esto se debe a la superposición de varias líneas, a veces sobre otras que ya han dejado de utilizarse. “Cuando un proveedor de servicios de Internet quiere añadir una nueva línea, la incorporan porque no es su responsabilidad quitarla”, explica Rugkhapan, y achaca que no se hayan propuesto soluciones hasta ahora a que nadie ha sufrido daños severos por los cables, aunque la población tropiece continuamente con ellos. La falta de coordinación entre organismos, así como el desinterés político, han desembocado en que el tuit de Crowe ejerza de punto de no retorno.

“Hay que agradecerle que consiga que gente de todo el mundo preste atención a nuestro país”, reconoce el profesor. Esta no es la primera vez, sin embargo, que el cableado de Bangkok adquiere una visibilidad internacional, puesto que en 2016 Bill Gates también estuvo de visita y comentó en un post de Facebook su sorpresa ante la cantidad de “cables enredados”. El asunto no llegó a tener mayor relevancia porque Gates borró el post poco después, al darse cuenta de que había identificado erróneamente a los cables como de electricidad, y no de comunicaciones.

En 2019, por otra parte, el gobernador de Bangkok Aswin Kanmuang se comprometió a trasladar las comunicaciones bajo tierra en un plazo de dos años, pero hasta ahora el esfuerzo había sido nimio, e incapaz de contener una problemática muy extendida. Los árboles de la ciudad, de hecho, también son víctimas de este conflicto al ser objeto de una poda agresiva para dejar paso a los cables. “Sin una protesta pública por este tipo de situaciones, las autoridades pensarán que lo que hacen está bien”, declara el activista Oraya Sutabutr. Veremos hasta dónde llega la influencia del actor de Gladiator para resolver la situación.

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