Cinemanía - Noticias

'Twister': cómo se ve hoy la película que puso de moda los tornados en 1996 con Helen Hunt y Bill Paxton

Helen Hunt y Bill Paxton, en 'Twister' (1996)
(IMDB/Universal)

Las nuevas versiones animan a echar la vista atrás. La presencia de Twisters, una más que entonada actualización, en la cartelera veraniega de España pone también el foco en Twister, la película que hace casi 30 años llevó los tornados y la figura de los cazatormentas a Hollywood. Un reivindicable blockbuster de aventuras y catástrofes que ha envejecido bastante bien.

Twister, que puede recuperarse en Amazon Prime Video y en SkyShowtime, no aparece en la lista de los títulos en los que primero se piensa al rememorar la década de los 90. De hecho, no fue demasiado valorado en su estreno. Sin embargo, es uno de esos filmes que se revisan con agrado por lo que representan. El filme de Jan de Bont nos hace añorar aquella época en la que el espectáculo se construía principalmente sobre efectos especiales y no sobre la actual saturación digital.

La figura como productor de Steven Spielberg, con el mítico sello Amblin de fondo, y el hecho de que el guion lo escribieran Michael Crichton y Anne-Marie Martin (su esposa) señalan el recorrido de base de la propuesta, protagonizada por Helen Hunt (en el inicio de su esplendor cinematográfico y que al año siguiente brillaría con Mejor… imposible) y el añorado Bill Paxton, fallecido en 2017.

Philip Seymour Hoffman, entonces apenas conocido, en una escena de 'Twister'
(IMDB/Universal)

Fue además una de las propuestas en las que empezamos a descubrir al gran Philip Seymour Hoffman, al que tanto echamos de menos (murió hace ya una década), aquí en un peculiar y simpático rol. Cary Elwes lideraba el reparto de secundarios, cauce en el que llama la atención darse cuenta de que Alan Ruck, el ya mítico Connor Roy de Succession, era uno de los compañeros de Jo y Bill (los personajes de Hunt y Paxton).

El neerlandés De Bont, director de fotografía de Jungla de cristal, venía de firmar Speed (después se encargaría de su secuela en el crucero, de The Haunting. La guarida y de la segunda entrega de Tomb Raider) y encadenó un nuevo éxito comercial. Twister recaudó casi 500 millones de dólares a nivel mundial, siendo en ese terreno uno de los filmes de 1996, el año de Independence Day. Se enmarca en la moda por el cine de catástrofes desplegada entonces en Hollywood, a la que asimismo contribuyeron Volcano, Un pueblo llamado Dante’s Peak y Deep Impact.

'Twister': el entusiasmo por cazar tornados

La película transmite el entusiasmo del grupo científico por los tornados, una fascinación revestida lógicamente de temor y respeto por sus potenciales alcances destructivos. El equipo, con vínculos casi familiares (esas comidas en la casa de la tía de Jo), hace un seguimiento de las tormentas mientras recorre las carreteras estadounidenses, uno de los rasgos que se convirtieron en distintivos de la obra.

El eje narrativo reside en la relación entre Jo y Bill, en la cuestión de lo que nunca se fue a pesar de que se habían distanciado. Él acude donde el grupo para pedirle a su todavía esposa que firme los papeles del divorcio y así poder casarse con su prometida, quien le acompaña en el viaje. Sin embargo, al sumarse Bill a la expedición, en el proceso aflora lo que todavía sienten los ex, y de hecho el espectador está deseando que esa conexión vuelva a materializarse. Su amor por los tornados los unió tiempo atrás y ese sentimiento se abrirá paso.

El retrato de Bill remite a lo que se reaviva por dentro, a la esencia de la que uno decide alejarse para después comprobar que no puede vivir sin ella. Un sentimiento que se conjuga con su instinto natural para analizar las tormentas y saber cómo van a evolucionar. Por su parte, Jo refleja la dedicación absoluta a lo que llena y da sentido, una entrega en cuyo lado obcecado interviene el trauma (surgido en la infancia y mostrado en el prólogo).

Las rutas en busca de los tornados entrañan un componente de locura que desprende atractivo, no así para la prometida de Bill, la figura ajena a ese mundo y a esa pasión, cada vez más horrorizada por los peligros.

El punto fuerte de 'Twister'

Hunt y Paxton, en coche en 'Twister'
(IMDB/Universal)

A pesar de los años transcurridos, Twister, salvo por algún plano que 'canta' cuando se acerca un objeto volador y por el inevitable aspecto caduco de los ordenadores de los científicos, ha envejecido bastante bien. Su despliegue visual aguanta, como se evidencia en la plasmación del temible tornado de nivel EF5.

En todo caso, su punto fuerte reposa en los efectos especiales y en las secuencias de acción que involucran a los vehículos (cuando salen volando o esa escena en la que el coche de los protagonistas atraviesa literalmente una casa que había ido a parar a la carretera). En esa línea, la sugerencia clásica fluye en los momentos en los que se destruyen los interiores y los personajes se agarran para sobrevivir mientras les saltan objetos.

Siguiendo con lo arrebatador, vía en la que por supuesto entran el tramo final (el granero, la carrera desesperada, los cinturones como único recurso) y el guiño cómico con las vacas voladoras, hay que mencionar el homenaje a El resplandor, la película proyectada en un autocine en el que se desata el caos. Ver la escena de Jack Nicholson aterrorizando a Shelley Duvall por los hachazos a la puerta mientras la gran pantalla se va rompiendo resulta cautivador.

El guion podría haber desarrollado mejor algunos aspectos (incidir más en los datos que sueñan con obtener gracias a los sensores de Dorothy, dar más apuntes sobre la financiación y el respaldo al equipo rival liderado por el clásico excompañero cretino), pero se perdona. Twister es un apreciable entretenimiento noventero.

¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.

loading...