'The Acolyte': final explicado y las apariciones sorpresa que llevan a la segunda temporada

[ESTE CAPÍTULO CONTIENE SPOILERS DE THE ACOLYTE]

The Acolyte tenía todos los ingredientes para convertirse en una nueva joya del universo Star Wars en pequeña pantalla. Libre del apellido Skywalker y situada en una época sin explorar, la creadora Leslye Headland podía dejar volar su imaginación y abrir la Galaxia Lejana con nuevos personajes y una premisa irresistible (el inicio de los Sith).

Desafortunadamente, la apuesta no ha terminado de arrancar hasta ya cruzado el ecuador de su primera temporada y, ni siquiera en sus episodios recientes ha convencido del todo. Su octavo y último capítulo, ya disponible en Disney+, es un claro ejemplo del potencial y las buenas intenciones de la producción que no ha sabido hacer explotar.

En el penúltimo episodio, descubrimos lo que había ocurrido con los Jedi desplazados a Brendok años atrás. Si el capítulo 3 nos mostraba la perspectiva de Osha y Mae (Amandla Stenberg) sobre la tragedia, este nuevo flashback se centraba en la Maestra Indara (Carrie-Anne Moss) y sus Caballeros Jedi investigando una fluctuación que solo se daba en ese planeta y había permitido a Aniseya (Jodie Turner-Smith) crear a las protagonistas. 

Sol (Lee Jung-jae) había matando a la madre de las protagonistas, pero, aconsejado por Indara y creyendo que hacía lo mejor para Osha, decidió culpar a Mae por el incidente que acabó con la Fortaleza en la que vivía el aquelarre. Tras este viaje al pasado, la serie vuelve al presente en su último capítulo, con Osha junto al Extraño/Qimir (Manny Jacinto) en el planeta desconocido y Mae maniatada en la nave de Sol. 

Mae y Osha regresan a Brendok

Ya lo adelantaba su cambio de vestimenta: Osha podía ser tentada por el Lado Oscuro. El octavo episodio arranca con ella probándose el casco del Extraño y perdiendo el control sobre el instrumento. El Lord Sith interviene y se lo quita, pero ella ya ha visto un futuro en el que su hermana mata a Sol en Brendok. Ambos ponen rumbo al planeta natal de las protagonistas mientras una presencia los espía desde una especie de caverna, una presencia que podría ser Darth Plagueis. 

Se trata de un Señor Oscuro mencionado por Palpatine en La venganza de los Sith (2005). Plagueis estaba obsesionado con la inmortalidad e intento burlar a la muerte manipulando los midiclorianos, pero fue asesinado por su aprendiz, Palpatine, antes de conseguir su objetivo.

Sol, por su lado, trata de convencer a Mae que la masacre en Brendok fue un accidente y que decidió ocultárselo a Osha por su bien. La está llevando de vuelta al planeta donde empezó todo para probar esa divergencia que demuestra que su madre usó la Fuerza para crearlas. Con ayuda de PIP, la joven consigue huir en una nave de escape y, tras una breve persecución por un cinturón de asteroides, los dos se estrellan en Brendok.

Mientras, en Coruscant, Vernestra (Rebecca Henderson), recibe la visita del Senador Rayencourt (David Harewood), que trata de someter a la Orden Jedi a una evaluación externa tras averiguar que han ocultado la investigación por los asesinatos. Rayencourt sospecha de la implicación de un Jedi en el crimen e insiste que los Caballeros de la poderosa Orden fingirían controlar sus emociones cuando no sería para nada así.

Tras despedirse de Rayencourt, abandonamos a Vernestra tratando de contactar con alguien, aunque su identidad no se revela hasta el final del episodio. Por lo pronto, localizan a Sol en Brendok y ella y sus Caballeros Jedi se dirigen allí con la intención de resolver este caso de una vez por todas. 

Osha y la corrupción de la Fuerza

La serie nos lleva de vuelta al lugar donde cambió todo para los protagonistas. En la Fortaleza en ruinas en la que crecieron las hermanas, tienen lugar dos espectaculares enfrentamientos. Por un lado, el patio es testigo del impresionante duelo con sables de luz entre Sol y Qimir. 

Por el otro, Mae y Osha se reencuentran en su vieja habitación. Osha explica cómo no fue capaz de controlar sus emociones negativas (el odio que sentía hacia su hermana, el dolor tras la muerte de su madre) y, por ello, dejó la Orden. Tras esta revelación, Mae trata de convencer a su hermana de que ella no mató a su madre, de que Sol le ha mentido, pero esta no la escucha y se enzarzan en una pelea cuerpo a cuerpo. 

Ambas escenas se intercalan en la que es sin duda la mejor secuencia de acción que nos ha regalado The Acolyte, un baile con momentos en cámara lenta entre maestros en el que los siempre llamativos choques de sables se combinan a la perfección con el uso de la Fuerza, y que contrasta con una coreografía de patadas y puñetazos cuando la imagen salta a las aprendices. 

La nave de Vernestra interrumpe la batalla entre las hermanas y Mae aprovecha para alejarse, llegando al patio justo a tiempo para evitar que Sol acabe con el Extraño. La joven desarma a Sol y parece romper el cristales kyber que contiene la espada. Qimir pide a su aprendiz que mate al Maestro Jedi, pero ella se niega; prefiere que este confiese lo que pasó en Brendok ante el Alto Consejo, el Senado y la República, y pagué por ello.

Sol insiste en las razones por las que acabó con su madre: Mae y Osha no son hermanas, son la misma persona. Gracias a la fluctuación de Brendok, Aniseya usó la Fuerza para crearlas. El Maestro no se da cuenta de que Osha lo está observando al confesar que acabó con su madre. Cuando esta lo enfrenta, con el sable destrozado del maestro en la mano, él justifica que mintió porque, sin Mae, no había pruebas de la anomalía y, además, quería que Osha tuviera la vida que soñaba.

Osha empieza a ahogarlo con la Fuerza y, justo antes de morir, Sol le da permiso para que acabe con su vida. Así, tras matar a su Maestro, la rabia y el enfado de Osha sangran en el cristal kyber del sable de Sol y lo vuelven rojo Sith. 

Las hermanas huyen del lugar antes de que Vernestra y sus hombres lleguen al patio. La Jedi encuentra el cuerpo sin vida de Sol y le susurra algo al oído antes de sentir la presencia del Extraño, escondido no muy lejos; queda claro que algo la une a él, como confirmaremos al final del episodio.

La aparición de Yoda en 'The Acolyte'

Mae y Osha consiguen escapar de la Fortaleza usando la misma ruta que tomó Mae de niña y llegan al árbol en el que solían jugar de pequeñas, donde se piden disculpas. Qimir las interrumpe para apremiarlas para que huyan antes de que los Jedi las encuentren. Osha confía en que los Jedi harán lo correcto cuando sepan lo ocurrido, pero el Extraño le advierte de que su poder supone una amenaza para ellos. 

Es entonces cuando la joven decide hacer un trato con el Sith: le pide que deje ir a Mae y que ella entrenará con él. Sin embargo, si los Jedi capturan a Mae, podrían extraerle información sobre su hermana, el Extraño y su paradero, por lo que Qimir se ofrece a borrar los recuerdos de Mae. Las hermanas aceptan y prometen volver a encontrarse justo antes de que el Extraño haga olvidar a Mae.

En el desenlace, The Acolyte deja todas las puertas abiertas a una segunda temporada. En Coruscant, Mae, que ha sido capturada por los Jedi, se reúne con Vernestra, quien pronto se da cuenta de la pérdida de memoria. 

Vernestra compadece ante el Senado y culpa de todo lo ocurrido en Brendok años atrás, así como del asesinato del resto de Jedi que participaron en aquella misión, a Sol. Para seguir con la mentira, añade que el Maestro se ha suicidado. Justo después, vemos cómo Vernestra pide ayuda a Mae para encontrar a un pupilo que tomó el mal camino; es decir, Qimir. 

La siguiente escena nos muestra a este junto a Osha en el planeta desconocido que el Extraño considera su hogar. Ambos miran al horizonte mientras agarran el sable de luz con las manos entrelazadas, confirmando el ascenso de los Sith y quién sabe si adelantando un romance 'enemies to lovers' de esas que tanto gustan a los fans de la saga.

Aún queda una sorpresa más. Vernestra entra en una sala para reunirse con el misterioso Jedi al que intentaba localizar al principio del episodio y que resulta ser Yoda. "Perdón por molestarlo, Maestro, pero tenemos que hablar", le dice Vernestra mientras la pantalla muestra las inconfundibles orejas del personaje. Recordemos que Yoda es una figura fundamental durante la Alta República y, de confirmarse una segunda temporada, lo más probables es que nos reencontremos con él. 

Segunda temporada de 'The Acolyte'

The Acolyte arrancó como un thriller de misterio en torno a unos asesinatos, pero ha desembocado en una reflexión sobre la moralidad de los Jedi y la corrupción de la Fuerza. Con este final, la serie exige una segunda temporada para ahondar las tramas inconclusas. 

De momento, Disney no ha confirmado que la apuesta vaya a tener una continuación. Leslye Headland se ha mostrado precavida al responder a las preguntas sobre una posible segunda entrega. "Diría que sé lo que tiene que pasar, sé cómo tiene que ser el desarrollo del personaje para llegar a tramas y momentos para una segunda, tercera o cuarta temporada. Estoy desenado trabajar en eso, pero todavía no lo he hecho", afirmaba en EW. 

Como decíamos, The Acolyte ha dejado muchos cabos sueltos, como la aparición de Yoda o el pasado entre Vern y el Extraño, así como el entrenamiento de Osha y su lucha por volver a Mae. ¿Y qué hay de Darth Plagueis? Aunque su identidad no queda confirmada, todo indica que se trata del Sith sobre el que Palpatine le habló a Anakin Skywalker en La venganza de los Sith. 

El atractivo de estas posibles futuras tramas es incuestionable, pero la ficción no ha calado tan hondo en el fandom warsie y eso podría jugar en su contra a la hora de ser renovada, sobre todo teniendo muchas otras apuesta del universo Star Wars en producción. Pase lo que pase, con o sin The Acolyte, la Galaxia seguirá expandiéndose en pequeña y gran pantalla.

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