'La edad dorada', temporada 2: un glamuroso y emocionante inicio para la serie de época más cotilla de HBO Max
El creador de la famosísima Downton Abbey, Julian Fellowes, regresa con la segunda temporada de su drama de época ubicado al otro lado del Atlántico, La edad dorada, protagonizada por unas carismáticas Carrie Coon y Christine Baranski, después de acabar su primera entrega por todo lo alto a principios de 2022.
Esta vez, la ficción arranca de una forma algo más sosegada con un capítulo que nos ayuda a situarnos de vuelta en la Gran Manzana de 1883 y en las vidas de estas familias que tanto ocultan y aparentan dedicando todos sus esfuerzos a sobresalir en la escala social. Berta Russell (Carrie Coon) y Caroline Astor (Donna Murphy) continúan su guerra fría por ver si los nuevos o los viejos ricos dominan la ciudad, llegando a límites realmente desalmados con sus acciones.
La edad dorada vuelve a HBO Max con un primer capítulo bastante pausado, dedicando muchos minutos a las duras emociones que sufre el personaje de Peggy (Denée Benton) y su familia, pero sentando las bases de lo que seguro será una segunda gran temporada. Te contamos nuestro análisis de este primer episodio, a partir de aquí con SPOILERS.
"Ni siquiera te gusta la ópera"
El propio título del primer capítulo es un acertado resumen del mismo y, en general, de toda la ficción de Fellowes. A Berta ni siquiera le interesa la ópera, como bien le hace ver su marido George (Morgan Spector), y seguro le son indiferentes muchas otras cosas de su nueva y opulenta vida, pero si un palco en la misma simboliza el máximo estatus social en Nueva York, la Russell va a luchar por ello con todas sus fuerzas.
Así, el episodio sigue mostrando la ducha descarnada de este personaje que viene de clase baja y a quien no le importa sacrificar cualquier cosa por llegar a lo más alto. La protagonista se muestra más tranquila y confiada que en la primera temporada por todo lo ya conseguido, pero ni la señora Astor ni Agnes Van Rhijn (Christine Baranski) se lo van a poner nada fácil.
Es de destacar, como desde el inicio de la serie, la impecable ejecución de todos los intérpretes que forman La edad dorada, entre los que se encuentran Cynthia Nixon, Louisa Jacobson o Blake Ritson, además de los ya mencionados. Además, al ser una serie que no posee demasiada acción ni grandes giros argumentativos, la producción es inteligente y sabe apoyarse en este fuerte elenco de actores: directos, detallistas, mordaces, suspicaces o tiernos, saben adecuar a sus personajes a las diferentes situaciones con una facilidad y naturalidad pasmosas.
El diseño de producción, imbatible
La edad dorada nos sigue sorprendiendo con su alto valor de producción, que ya le valió un Premio Emmy: cuenta con un cuidado diseño de vestuario (con un equipo de más de 60 personas dedicadas a ello), ostentosas mansiones y magníficas localizaciones, como la nueva mansión de Berta en Newport, diseñadas con precisión para sumergirnos de lleno en esta época dorada y en la riqueza que afloró durante aquellos años.
La edad dorada continúa llevándonos por momentos históricos y sociales importantes de la época (1883): la desigualdad de clases, la segregación racial o el estigma de la homosexualidad seguirán presentes, y en el mundo ferroviario de George Russell aparecerán los primeros sindicatos. La acertada y bella BSO de Harry y Rupert Gregson-Williams, subraya y eleva cada escena de la ficción.
Un ritmo en ocasiones disperso
Como ya pasara en el inicio de su primera temporada, este primer episodio discurre a ritmo lento en algunos momentos, con una intensidad dramática moderada. Un ejemplo son las escenas de Peggy (que tan pronto descubre que su hijo está vivo, tiene que enterrarlo), y su decadente familia, que retrasan y ralentizan el ritmo del conjunto de todas las tramas, pese a resultar emocionantes y sinceras.
Sin embargo, este inicio también asienta todo lo que se vendrá, que se augura tan interesante como el final de la anterior entrega: el casamiento de Tom Raikes (Thomas Cocquerel), que romperá el corazón de Marian (Louisa Jacobson), o el continuo empeño de Óscar (Blake Ritson) por conquistar a Gladys (Taissa Farmiga), negándose a sí mismo, son algunas de las más cautivadoras.
Además, la dupla contrastada de las hermanas Ada (Cynthia Nixon) y Agnes sigue inyectando dosis de humor a la ficción, y la vida de los integrantes del servicio de ambas familias, que tienen mucho que contar, sigue resultando una de las partes más interesantes y ligeras. Ojalá la segunda temporada conceda más minutos a los que viven abajo que a los que están arriba.
De cualquier forma, La edad dorada está de vuelta en HBO Max con su deslumbrante séquito de riqueza, carruajes, vestidos, ópera, mayordomos y horas del té, con ocho nuevos capítulos que llegarán cada lunes a HBO Max. El cotilleo está servido, así que, que comience el banquete.