Cinemanía - Series

'El señor de los anillos' nos mostrará la Atlántida de la Tierra Media

Viggo Mortensen como Aragorn en 'El señor de los anillos'.
Cinemanía

Como los fans saben bien, El señor de los anillos es a la mitología de J. R. R. Tolkien lo que la punta de un iceberg a la propia montaña de hielo. Aunque la trilogía literaria (y las películas de Peter Jackson) nos muestren un mundo aparentemente interminable, este se queda en nada comparado con la cantidad de detalles sobre la Tierra Media que el escritor inglés esbozó a lo largo de su vida. Y uno de esos detalles, quizás el más importante, está a punto de dejarse ver en la serie de Amazon. 

¿De qué hablamos? Pues, si eres un tolkieniano de pro y has leído la sinopsis de la serie, es posible que ya hayas pillado la alusión. Se trata de Númenor, una isla de leyenda finiquitada en tremendo cataclismo, cuya historia tiene repercusiones que llegan hasta las aventuras de Frodo y compañía.  

Hasta ahora, quienes querían saber sobre Númenor y sus cosas tenían que acudir a El Silmarillion. Casi final de este libro, una recopilación de relatos mitológicos publicados sobre la muerte de Tolkien, se encuentra una sección titulada Akallabêth que cuenta su historia. Pero hasta los más tolkienianos saben que una lectura de El Silmarillion puede hacerse más cuesta arriba que una subida al Monte del Destino...

Por suerte, aquí estamos nosotros para ponerte al día. Y esto requiere señalar que, trazando esta historia, Tolkien bebió de numerosos mitos sobre civilizaciones destruidas por maremotos, desde la Atlántida grecolatina hasta los cuentos célticos sobre Ys, Cantref Gwaelod o Lyonesse. 

Hablamos de lugares que, en muchos casos, debieron su ruina marítima a la soberbia de sus habitantes. Y de eso precisamente va la historia de Númenor, una isla-continente habitada por humanos cuya cultura florece después de que Melkor (el equivalente a Satanás en la Tierra Media) haya sido derrotado en la Guerra de la Cólera. 

Mapa de Númenor.
Wikipedia

Aprovechando esta situación de paz y su talento como navegantes, los númenoreanos se hinchan a explorar y comerciar, enriqueciéndose en el proceso. Claro que este triunfo tiene un lado oscuro: el imparable desarrollo de la isla la lleva a extenuar los recursos naturales de la Tierra Media (pecado capital para un Tolkien siempre amante de la naturaleza) mientras su gobierno va volviéndose más y más tiránico. Es en este momento cuando un viejo conocido nuestro aparece en la historia…

¿De quién hablamos? Pues de Sauron, nada menos. El futuro villano de El señor de los anillos se ha pasado la Guerra de la Cólera siendo un mindundi a las órdenes de Melkor, pero ahora la desaparición de su jefe le ha convertido en el Señor Oscuro por antonomasia. Y vaya si piensa aprovecharlo. 

Sauron, el villano de 'El señor de los anillos'.
Cinemanía

Cuando Númenor le declara la guerra, Sauron no tarda en rendirse y es llevado a la isla como prisionero. Poco imaginan los confiados humanos que en realidad les está tendiendo la trampa definitiva.

Porque, una vez en Númenor, Sauron se dedica a lo que mejor se le da: comerles la oreja a los ricos y poderosos. En concreto, a Ar-Phârazon, rey de la isla, convenciéndole para que cometa toda clase de tropelías. Entre ellas, cortar el árbol sagrado Nimloth, celebrar sacrificios humanos y, lo más importante de todo, navegar en dirección oeste.  

Resulta que al oeste de Númenor se hallan las Tierras Imperecederas, hogar de los Valar (dioses) y el lugar al que viajan Frodo y Bilbo, entre otros, al final de El señor de los anillos. Por ello, expandir su imperio en esta dirección es un tabú insoslayable para los numenoreanos… hasta que Sauron les convence de lo contrario, afirmando que, si conquistan este territorio divino lograrán la inmortalidad. 

Cuando la flota de Númenor parte hacia las Tierras Imperecederas, Sauron se niega a participar en el viaje. Lo cual demuestra, una vez más, lo listo que es: ante la amenaza de una invasión, los Valar invocan a Eru Ilúvatar, el dios creador supremo, cuyo divino cabreo tiene consecuencias drásticas. 

El enfado de Eru no solo provoca el hundimiento de Númenor, sino que resulta en un cataclismo geológico tan tremendo que, a resultas del mismo, la Tierra Media pasa a ser redonda en lugar de plana. Lo sentimos por los geólogos y astrofísicos que hayan llorado de frustración al leer esto, pero es lo que hay. 

Pero ojo, porque las consecuencias del fin de Númenor van más allá. Resulta que no todos los humanos de la isla se habían vuelto malos: Isildur, uno de los pocos que se resisten al influjo de Sauron, se las apaña para cortar un fruto del árbol Nimloth y, posteriormente, sobrevivir al hundimiento de la isla viajando hacia tierra firme con su familia. 

De hecho, es posible que el nombre de Isildur te suene ya, por dos razones. La primera, que él es el protagonista del prólogo de El señor de los anillos: La comunidad del anillo. Hablamos de aquel infeliz que, tras obtener el Anillo Único, se negó a destruirlo, con las consecuencias que todos sabemos. 

Por otra parte, es probable que ahora hayas atado cabos y entiendas por qué casi todo el mundo llamaba a Aragorn "heredero de Isildur" en las películas. La historia del héroe interpretado por Viggo Mortensen y la del reino de Gondor derivan de esta saga. Así pues, las especulaciones sobre la presencia en la serie de nuestro montaraz favorito cobran ahora nuevas fuerzas. 

Finalmente, hay que dejar constancia de que los humanos servidores de Sauron también sobrevivieron al hundimiento de Númenor. Ellos son los llamados "haradrim" o "numenoreanos negros". Es decir, esa horda que irrumpe a lomos de elefantes monstruosos durante la batalla final de El retorno del rey. 

Si has arrugado el morro al leer este último detalle, no nos extraña: si bien Tolkien siempre tuvo dudas al respecto, está claro que la corrección política nunca fue lo suyo. Quedamos a la espera de ver cómo Amazon bandea este detalle, y también cómo se toma las expectativas de los fans al mostrarles un lugar y unas historias con las que llevan décadas soñando gracias a la letra impresa. 

loading...