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'Fantasmas' en Max: la comedia 'queer' de Julio Torres es una clase magistral del absurdo

Julio Torres en 'Fantasmas'
HBO

Con la arriesgada Los Espookys, varios cortos y su película Problemista a las espaldas, Julio Torres tiene un currículum bastante notable en el mundo de la comedia americana. Sin embargo, el estreno en Max de su nueva serie, Fantasmas, ha pasado más bien desapercibido en España.

El cómico detrás de sketches de Saturday Night Live tan emblemáticos como Papyrus, con Ryan Gosling, o Squid Game: The Musical, protagonizado por Rami Malek y Pete Davidson, vuelve a la carga con su estilo característico en una serie repleta de humor absurdo, que es tan divertida como impredecible. Hay que dejar claro desde ya que el estilo de Julio Torres puede no ser para todo el mundo, especialmente en el formato serie, pero una vez te adentras en su particular mirada, las risas están garantizadas.

Fantasmas sigue la historia de Julio (el propio Torres), quien, de pequeño, fue alcanzado por un rayo mientras hacía sus necesidades en el medio del bosque y desde entonces tiene capacidades extraordinarias para sentir la vida interior de objetos, colores e incluso letras, lo que le permite desempeñar los trabajos más extraños. 

La columna vertebral de la historia es la odisea de Julio en búsqueda de una ostra que tiene el tamaño exacto de una mancha de nacimiento en su cuello. Si la encuentra, podrá demostrar que la mancha está creciendo y que necesita atención médica urgente. Mientras soluciona este problema, elude las responsabilidades de la vida adulta en un Nueva York queer alternativo y futurista.

Dentro de la trama principal se van engarzando diferentes historias en forma de sketches que desarrollan situaciones totalmente absurdas y originales, como la protagonizada por Paul Dano, en la que interpreta a un padre de familia en una versión alternativa de la serie ochentera Alf (en este caso, Melf), y que se enamora de la extraterrestre. 

Así mismo, la serie cuenta con una larga lista de cameos entre los que destaca Steve Buscemi, interpretando a la letra Q, Alexa Demie en el papel de una telefonista atrapada en el bucle de la nefasta atención al cliente o la cómica Aidy Bryant dando vida a una experta en vestimenta para retretes.

La peculiaridad como estandarte

Es muy reconfortante ver cómo obras tan singulares tienen cabida en las grandes plataformas de streaming, que apuestan por ideas en cierto modo, marginales, en una época en la que las grandes producciones, las secuelas, precuelas, sagas y adaptaciones son el pan de cada día.

Producida por el propio Julio Torres junto a Emma Stone, Fantasmas cuenta con un estilismo muy particular, desde el diseño de escenarios hasta vestuario, maquillaje e incluso los movimientos de cámara. Todos estos elementos ayudan a generar una sensación de extrañeza y un ambiente onírico en cada capítulo.

Es muy divertida, pero es tan extraña que podría no ser para todo el mundo. Esa es en cierto modo la esencia misma de Fantasmas. Y es que esta creación de Torres gira alrededor de la idea de la autenticidad que nos hace únicos en un mundo en el que las redes sociales, la televisión y, en general, el modo de vida mayoritario nos educan para ser homogéneos. Aunque es una idea que atraviesa toda la serie, se refleja especialmente en el sueño que Julio manda analizar, en el que se ve obligado a ponerse un plumas negro, símbolo de personalidad nula en esta fantasía surrealista.

Imagen de 'Fantasmas' con Paul Dano
HBO

Uno de los problemas que debe enfrentar Julio es el hecho de que no dispone de una prueba de existencia, una suerte de DNI que es necesario para absolutamente todo, desde alquilar un apartamento hasta coger el metro. Con esta metáfora, Julio aprovecha para dar luz a uno de los temas recurrentes de su obra: las dificultades de los inmigrantes latinos en EE UU. 

Julio descubre que si se hace famoso puede convertirse en una excepción y no necesitar una prueba de existencia, pero Vanesja, la actriz que performa ser su mánager, solo le ofrece un anuncio de tarjetas de crédito woke para saltar al estrellato. Julio se siente constreñido en un mundo que le fuerza a encarar todo aquello que desprecia y todas las interferencias y sinsentidos de encuentra para cumplir sus objetivos hacen que toda la serie parezca un sueño.

Otra temática central en la serie será la dictadura de las redes sociales, tanto para los que viven de ellas como para los que sueñan con hacerlo o incluso aquellos que tienen que pasar por ese aro para “ser alguien”. Es solo una de tantas críticas a la cultura pop que vamos a encontrar en esta creación de Torres, donde lo insólito convive con banal y cotidiano.

Sin duda, Fantasmas nos ha regalado una obra única que disfrutarán los que estén preparados para ir más allá de las ficciones convencionales y dejarse sorprender por el abismo surrealista que es la mente de Julio Torres.

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