Joaquín Reyes: "Los humanos no necesitamos un Anticristo para desatar el apocalipsis"

Tu carrera en el mundo de la comedia ha estado, a menudo, intrínsecamente atada a la animación; desde los segmentos animados en La hora chanante y Muchachada nui hasta la creación de series infantiles para Cartoon Network como Monetes del espacio. ¿Qué es lo que más te atrae de contar historias y hacer reír en este medio?La animación tiene su propio código y, por lo tanto, te permite locuras que evidentemente con la imagen real no puedes llevar a cabo. Recuerdo ver de pequeño los dibujos animados de Tex Avery: cómo a los personajes se les salían los ojos de las órbitas, o les caían yunques en la cabeza, o eran aplastados por una apisonadora para después recomponerse como si nada; y pensar: algún día me gustaría hacer eso.

Pobre diablo nace en un gran momento para las series de animación para adultos, pero aun así, es un proyecto completamente pionero en España. ¿Qué os llevó a querer apostar por una propuesta así a nivel local?No podíamos decir que no porque amamos la animación. Ernesto Sevilla, Miguel Esteban y yo siempre hemos soñado con crear nuestra propia serie. En plena pandemia, y gracias a HBO, nos cayó este encargo que recibimos como un regalo.

¿Cuáles fueron las claves para sacar adelante la propuesta? Vuestras incursiones televisivas ya han innovado el panorama en anteriores ocasiones, pero a menudo la innovación se sigue viendo como un riesgo. ¿Tuvisteis dificultades por ello durante los inicios del proyecto?Hemos tenido mucha libertad por parte de HBO, nos han mostrado mucha confianza durante todo el proceso. Creo que se debe, precisamente, al hecho de ser animación: como eran dibujitos animados, no se metían en nada.

El protagonista de la serie, al que tú mismo interpretas, es Stan; un chaval destinado a ser el Anticristo pero que tan solo quiere triunfar en Broadway. ¿Cuánto de ti hay en ello? ¿Fue la comedia tu Broadway cuando eras adolescente?[risas] Stan es bastante mejor persona que yo, pero sin duda compartimos el amor por la comedia y los musicales. Por cierto, esta serie me ha permitido cantar y creo que voy a cerrar muchas bocas.

¿Cuáles son tus obras favoritas de la animación moderna? ¿Ha influido alguna de ellas a la producción de Pobre diablo?Como decías antes, vivimos un gran momento en el mundo de la animación. Rick y Morty, Bob's Burgers, BoJack Horseman, Las desventuras de Tim… Son series que nos han inspirado. Pero también en la animación infantil hay series muy brillantes: Gumball, Tito Yayo, Historias corrientes... Tengo la sensación de que es precisamente en este mundo donde más se está arriesgando, a nivel formal desde luego, pero también a nivel narrativo.

Creas Pobre diablo junto a Ernesto Sevilla y Miguel Esteban. Nos gustaría saber un poco acerca de vuestro proceso de colaboración. ¿Planteáis la serie a través de una sala de guionistas tradicional, o tenéis vuestros propios métodos?Miguel Esteban tenía muy clara toda la temporada y se la ventiló en un pis pás, sin dejarnos meter “mojá”. Normalmente en nuestros proyectos escribimos al alimón. Para esta segunda se han incorporado como guionistas Néstor Fernández y Rocío Quillahuaman, que tienen un talento increíble.

Pese a haberos forjado inicialmente en el formato de la sketch comedy televisiva, también habéis creado sitcoms como Museo Coconut. ¿Cuáles dirías que son las diferencias clave como showrunners en una sitcom de animación frente a una de imagen real? ¿Hay algo que destaque en especial para ti en cómo enfocáis creativamente cada una, e influye también tu vertiente como ilustrador en cómo te las planteas a nivel visual?La diferencia principal es que el proceso en la animación es mucho más largo, abarcando distintas fases, por lo que es muy complicado rectificar o dar marcha atrás en alguno de los pasos: hay que tener las cosas muy claras. Por otra parte, trabajar codo con codo con el estudio Rokyn Animation ha sido un placer. Sin su implicación el proyecto no hubiera sido posible. Aquí unos datos: han dibujado 255.000 frames, 2100 planos, otros 2000 fondos y más de 300 personajes. ¡Solo Stan tenía 32 versiones! ¡Son unos profesionales impresionantes! ¡Y granaínos!

Basándonos en lo visto en el festival de Sitges, la serie tiene una progresión bastante sorprendente durante su primera temporada. ¿Fue esta progresión narrativa parte de la propuesta inicial, o algo que surgió al desarrollarla?Por la propia naturaleza de la serie teníamos que hablar sobre la eterna lucha entre el bien y el mal; ese es el gran tema. La conclusión es que los seres humanos no necesitamos un Anticristo para desatar el Armagedón, ya estamos haciendo un gran trabajo en ese sentido: el calentamiento global, el mito del crecimiento constante, la sobreexplotación de los recursos naturales… ¡la nouvelle cuisine!

¿Cuáles son vuestros planes de futuro ideales para la serie? ¿Tenéis ya ideas claras de a dónde queréis seguirla llevando, quizá incluso una cantidad aproximada de temporadas soñada?Nuestra intención es hacer más temporadas, desde luego, ahora que está ensillado el caballo hay que cabalgar. Quiero decir que lo más difícil ya está hecho, y ahora tenemos muchas ganas de disfrutar de estos personajes.

Por último: como serie pionera en la animación patria, ¿creéis que Pobre diablo puede abrir la puerta a que haya más oportunidades para este tipo de formato en España, y os veis contando más historias de este modo en el futuro?Ojalá abramos un camino y en el futuro podamos disfrutar de más series hechas aquí, porque talento no falta. Estoy pensando en Néstor Fernández, Rocío Quillahuaman, Rafillo, Pakrolsky… ¡Hay calidad!