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'Obi-Wan Kenobi' 1x01 y 1x02: Os hemos echado de menos

Ewan McGregor en 'Obi-Wan Kenobi'
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[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE OBI-WAN KENOBI 1x01 y 1x02]

No hace mucho tiempo, en una Galaxia no tan Lejana, el fandom de Star Wars cargaba duramente contra las precuelas noventeras de la saga galáctica, esas en las que George Lucas había recogido la niñez y juventud de Darth Vader. Se las tachó de infantiloides, de cursis, de simplistas.

Sin embargo, muchos niños de la generación millennial conocieron antes a Anakin Skywalker que a Darth Vader, y al Obi-Wan Kenobi de Ewan McGregor que al de Alec Guinness. Esos niños han crecido y reivindican ahora las películas warsies que les introdujeron en este universo estrellado alrededor del apellido Skywalker.

Así, Obi-Wan Kenobi, la serie en torno al maestro Jedi de McGregor, ha sido uno de los estrenos más esperados en la agenda galáctica y Hayden Christensen, la estrella más ovacionada (con diferencia) en la Star Wars Celebration. ¿Está la ficción a la altura de las expectativas? Como fueron precisamente las expectativas las que sepultaron las precuelas bajo la arena de Tatooine, mejor dejemos ese concepto de lado y analicemos lo que dan de sí sus dos primeros episodios, ya disponibles en Disney+. 

Obi-Wan Kenobi arranca con calma, tomándose su tiempo para poner en contexto al espectador, para que reconozca a ese nuevo Obi-Wan, ahora Ben, atormentado por su pasado y desesperanzado. También para que se sitúe en un Imperio en ascenso ennegreciendo la Galaxia, un Imperio de Inquisidores a la caza de los Jedi. 

Deborah Chow rueda con mimo esos paisajes desérticos de Tatooine por los que se desplaza Kenobi, con McGregor entregado al ceño fruncido y a la cara de desolación y recordándonos por qué él fue el único que se salvó de las duras críticas a las precuelas. Te hemos echado de menos, maestro.

Las niñas ya no quieren ser princesas

El factor nostalgia juega un papel fundamental en el buen desarrollo de los dos primeros episodios de la serie, que no solo nos trasladan a escenarios icónicos como el planeta más árido de la Galaxia, sino que también nos traen a personajes tan queridos como Bail Organa (Jimmy Smits), Owen Lars (Joel Edgerton) o su sobrino Luke. 

Sin embargo, el secreto mejor guardado de la ficción, su as en la manga en mayúsculas, es otra vieja conocida: Leia Skywalker, Organa, o lo que ella quiera. Al más puro estilo The Mandalorian con Baby Yoda, Obi-Wan Kenobi ha escondido muy bien a su mejor baza, una pequeña heroína tan rebelde e inteligente como la recordábamos, pero en versión mini. 

Nadie se escaquea de las fiestas familiares como ella, nadie argumenta como ella, nadie es tan astuta como ella, y nadie se escapa como ella (exigimos carreras absurdas tras la pequeña en cada episodio). Vivien Lyra Blair es una adorable Leia de 10 años que pasa de formalismos y prefiere la acción al Senado. Es igual de diplomática, intrépida e ingeniosa que en su versión adulta, y la robaescenas absoluta de la serie. 

La apuesta en torno a Kenobi se convierte así en un recordatorio del peso de la princesa que rompió prejuicios, de la heroína que no necesitó sables de luz para salvar Galaxias, del personaje empoderador que eclipsó a Luke o Han Solo gracias al carisma de Carrie Fisher, y que ahora Blair hereda de forma orgánica, tanto que es fácil ver el carácter y la luz de Fisher en ella. La dupla que forma con Obi-Wan es tan improbable como tierna y magnética, tanto que nadie se acordará de Luke. 

Mujeres que matan, hombres que sufren

La otra gran protagonista de esta historia también tiene nombre de mujer, aunque de momento no suene a los seguidores de la saga. Hablamos de Reva (Moses Ingram), la Tercera Hermana a cargo del Gran Inquisidor (Rupert Friend). Pese a que la serie se toma licencias en lo que respecta a los Inquisidores que tal vez no gusten a los fans warsies (sí, hablamos de ESE asesinato en el episodio 2), Reva tiene potencial de villana galáctica, imprevisible e intrigante como resulta, dejando con ganas de más. 

¿Y qué hay del gran nombre propio de la serie, además de Kenobi? Darth Vader (Christensen) es, como en sus mejores representaciones en pantalla, una amenaza velada; aunque no lo veamos hasta el final del segundo capítulo, está presente a través de los miedos, arrepentimientos y pesadillas de Kenobi, en las menciones de Owen o Reva, en la represión imperial en cada esquina de la Galaxia. 

Obi-Wan Kenobi confía así su comienzo al talento de McGregor, taciturno y atormentado; a esa Leia con personalidad y madurez desde la más tierna infancia; y a una Deborah Chow que equilibra sin prisas, a través de su cámara, lo viejo y lo nuevo: Tatooine o Alderaan y ese nuevo planeta sacado de Blade Runner, personajes veteranos y una Reva aniquiladora o Kumail Nanjiani, contrapunto cómico perfecto de Kenobi. 

No es un comienzo apoteósico y tampoco pretende serlo. Es nostalgia, personajes, tormento y amor en una Galaxia que bien merecía esta redención. Y a esa niña que nunca quiso ser princesa. 

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Coordinadora de series 'Cinemanía'

Con un nombre susceptible de ser olvidado, muchos se refieren a mí como la chica del cine y las series, y desde 2016 escribo sobre ellas en CINEMANÍA. Estudié Periodismo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y tengo un Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo, donde ahora imparto la asignatura Información Cinematográfica. Nunca dejaré de volver a ver 'Friends'.

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