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'Ojo de Halcón' 1x02: Chándales, esgrima y juegos de rol

'Ojo de Halcón'
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Si el primer episodio de Ojo de Halcón servía para marcar el tono de la ficción, una comedia navideña con mucha ternura, mucho combate cuerpo a cuerpo y mucho trauma combinado con la parodia, el segundo se reafirma en todo ello. Y, además, encandila con la dinámica entre Clint Barton (Jeremy Renner), el héroe desencantado, y Kate Bishop (Hailee Steinfeld), la aquera con complejo de heroína. 

Los primeros minutos del capítulo sirven para engancharnos a esta atípica relación maestro-discípula, con un Clint cínico y obsesionado con dar con el traje de Ronin, y una Kate ilusionada e inocentona que trata de impresionar a su ídolo ("Muchas personas me consideran la mejor aquera del mundo"). Es imposible no reírse con cariño de esa joven arquera de 22 años que se emociona por tener a su "vengador favorito" en su casa, que le pide que le firme el arco o que piensa que irán a por suministros a la Torre de los vengadores. 

La serie acierta al contraponer a estos dos 'héroes': el veterano que solo quiere dar con la 'mafia del Chándal' y volver a casa con su familia por Navidad; y la novata intuitiva que trata de desenmascarar al prometido de su madre mientras huye de todos los enemigos de Ronin. Estas dos motivaciones nos regalan dos de las mejores escenas de este segundo episodio. 

Juegos de rol en vivo

La primera tiene como protagonista a Clint que, siguiendo una pista sobre el paradero del traje de Ronin, termina envuelto en un juego de rol en vivo. Después de que 'los del Chándal' incendien la casa de Kate tomándola por Ronin, un bombero se apropia del traje de este enmascarado para usarlo en sus encuentros de Larpers NYC, donde juegan a juegos de rol en vivo. 

Clint termina teniendo que ponerse el armamento y fingiendo perder contra el bombero, Grills, para recuperar el atuendo ("Y yo me enfrenté a Thanos..."). La escena a cámara lenta en la que se mide a todos los presentes con música medieval no tiene desperdicio.

'Ojo de Halcón'
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Por su parte, Kate, que se está quedando en casa de su tía, Moira Brandon (una actriz en los cómics), acude a una cena organizada por su madre Eleanor (Vera Farmiga) y Jack (Tony Dalton). Con la intención de desenmascarar a Jack, se enfrenta a él en un combate de esgrima. Aunque, al principio, este se deja vencer, finalmente la joven deja en evidencia sus habilidades en esta disciplina. Sin embargo, su madre sigue sin creer que su novio tenga oscuras intenciones. 

Las sospechas de la aquera parecen confirmarse cuando Jack le muestra uno de los caramelos que esta vio en casa de su tío Armand, asesinado en el primer episodio, por lo que este podría estar implicado en el crimen. En los últimos minutos del episodio, Kate trata desesperada de contactar con Clint para ponerle al corriente de sus sospechas, pero el vengador se ha dejado atrapar por la mafia del Chándal con la intención de saber quién los controla. 

Nos trasladamos a un almacén abandonado, donde Clint, rodeado de criminales de poca monta, exige hablar con el jefe. En ese momento Kate, que ha rastreado el teléfono de su compañero, cae del techo. La última escena, en rojo, nos muestra a la mujer detrás de esta banda criminal: Echo (Alaqua Cox, una actriz sorda, es la encargada de darle vida).

Adorablemente incompatibles

Este segundo episodio ha movido fichas y, a demás de mostrarnos a dos personajes fundamentales en el MCU (Espadachín y Echo) en acción, ha explorado la carismática dinámica entre los protagonistas. Sin duda, la química entre ellos (junto a Perropizza) es uno de los grandes atractivos de esta nueva apuesta, esas personalidades opuestas que tan bien concuerdan. 

Kate representa la ilusión y la esperanza de una heroína que aún no ha sido corrompida y confía plenamente en que Ojo de Halcón tiene un problema de imagen. Clint, hastiado de todo y con demasiados traumas del pasado, ha encontrado a la aprendiz que le recuerda que incluso él vende algo: "Inspiración". También ve esa ilusión que despierta en Grills, quien asegura que haberlo vencido en el juego de rol ha convertido ese en "el mejor día de mi vida". 

Por lo demás, Ojo de Halcón sigue siendo emotiva y divertida (esa escena en la que la banda callejera comandada por Echo empieza a hablar sobre lo "chungo" que es encontrar locales en Nueva York; o esa otra en la que un niño corre a saludar a personas disfrazadas de superhéroes en lugar de a Clint) sin resultar pretenciosa. Es una partida de ajedrez con luces de Navidad que ya empieza a mover sus fichas, y no podríamos estar disfrutando más de la partida. 

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Coordinadora de series 'Cinemanía'

Con un nombre susceptible de ser olvidado, muchos se refieren a mí como la chica del cine y las series, y desde 2016 escribo sobre ellas en CINEMANÍA. Estudié Periodismo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y tengo un Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo, donde ahora imparto la asignatura Información Cinematográfica. Nunca dejaré de volver a ver 'Friends'.

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