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'Phineas y Ferb': guía de episodios imprescindibles para recordar la serie de Disney y pasarlo de miedo

'Phineas y Ferb'
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El verano eterno no podía terminar tan fácilmente. Los cocreadores originales de la maravillosa Phineas y Ferb, Dan Povenmire y Jeff "Swampy" Marsh, han confirmado que la serie regresará el año que viene con nuevos episodios bajo su mando. 

A la espera de que esto suceda, y en caso de que necesitéis lidiar con vuestras expectativas rememorando algunos de sus mejores momentos (a nosotros nos pasa), os presentamos una cómoda guía para llevar a cabo eso mismo con facilidad.

“Montaña rusa” (temporada 1, episodio 1-A)

El desafío al que se enfrenta “Montaña rusa” es enorme. Tiene que construir una fórmula y una estructura lo suficientemente efectivas como para que funcionen durante 222 episodios de televisión sin que todo se haga repetitivo, pero también deben ser lo suficientemente moldeables como para que puedan subvertirse y deconstruirse una y otra vez sin que la serie pierda su espíritu original. Lo hace sin despeinarse.

Sus dos subtramas (Candace tratando de pillar a sus hermanos mientras construyen una invención delirante para aprovechar su día de verano, Perry deteniendo la nueva invención del malvado Doctor Doofenshmirtz) colisionan de forma catártica en un desternillante clímax que veríamos reinventado tantas veces como para hacernos olvidar algo obvio: que estamos ante el ideal platónico de un episodio piloto.

“Usando el tiempo” (temporada 1, episodio 7)

Phineas y Ferb era una serie tan alocada que, por supuesto, no iba a tardar más de siete episodios en recurrir a los viajes en el tiempo. Su trama principal, con Phineas y Ferb regresando a la prehistoria, es sin duda divertidísima; pero lo mejor de “Usando el tiempo” es su subtrama, en la que la principal relación héroe-villano de la serie pasa por una crisis cuando Doofenshmirtz empieza a ignorar a su némesis Perry el Ornitorrinco para pelearse con Peter el Panda. 

"Usando el tiempo", episodio de 'Phineas y Ferb'
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El dúo original logra al fin reunirse gracias a un emotivo talk-show para archienemigos, porque por supuesto, lo único que puede resolver conflictos así en televisión es la propia televisión.

“¡Tío, reunamos de nuevo la banda!” (temporada 1, episodio 14)

Si destacamos que, además de cocrear la serie, Dan Povenmire y Jeff “Swampy” Marsh compusieron casi todas sus canciones, supongo que ya no resultará sorprendente añadir que, de jóvenes, formaron parte de una banda musical. 

“¡Tío, reunamos de nuevo la banda!”, episodio de 'Phineas y Ferb'
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Es obvio que este episodio origina de ahí (incluso dos de los miembros del grupo ficticio Love Händel llevan sus nombres), pero es lo suficientemente inteligente como para usarlo de punto de partida para darle a nuestros protagonistas uno de los arcos más emotivos de toda la serie, en el que unen fuerzas por una vez para darles a sus padres un aniversario para recordar. Y sí, porque sé que lo estáis esperando: “No tengo ritmo” es un temazo.

“Ni pestañeéis” (temporada 2, episodio 5-A)

“Ni pestañeéis”, episodio de 'Phineas y Ferb'
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Varios de los mejores episodios de Phineas y Ferb llevaban al extremo esa pasión por satirizar la propia propuesta de la serie. Ninguno lo lleva tan lejos como este, un episodio de televisión en el que los personajes no hacen absolutamente nada: únicamente se sientan en el jardín a esperar y mirar muy fijamente su invención del día, con la vaga esperanza de descubrir por qué diablos todas ellas desaparecen misteriosamente cada vez que la madre de los hermanos titulares llega a casa. El clímax de “acción” sigue siendo uno de los momentos más graciosos que Marsh y Povenmire (que firma el episodio en persona) idearon jamás.

“El boogaloo del quantum de Phineas y Ferb” (temporada 2, episodio 12)

El high-concept más brillante que Phineas y Ferb llevó a cabo, “Boogaloo” vuelve a recurrir a la máquina del tiempo de la primera temporada para algo muchísimo más terrorífico que tiranosaurios sedientos de sangre: una reposición televisiva. En concreto, Candace decide viajar de vuelta al primer episodio de la serie, sabiendo ya de antemano todo lo que va a suceder, para pillar a sus hermanos con facilidad. Lo logra... condenando así al mundo entero, mediante una larga sucesión de acontecimientos, a un futuro distópico en el que Doofenshmirtz gobierna con mano de hierro y todo el mundo se llama Joe. 

“El boogaloo del quantum de Phineas y Ferb”
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Todo lo que sigue a esto es una de las mejores sucesiones de gags y set-pieces (cortesía de Kaz, dibujante underground y guionista de Bob Esponja en su cénit) con los que la serie contó nunca; culminando en una escena tan hilarante como emotiva en la que, por si desde el sofá lo estábais deseando, varias Candace de varios puntos temporales realmente logran hacer ver la verdad a su madre y pillar a sus hermanos. Que ya tienen treintaymuchos y están por ahí haciendo su vida, pero bueno, está bien saberlo.

“Igual de intelectuales” (temporada 2, episodio 33)

Dos de las mejores subtramas de la serie se unen aquí en hermandad: por un lado, la convención local de fantasía y ciencia-ficción se convierte en una épica batalla campal entre distintos bandos de fandom con tal de decidir qué género es mejor (el número musical de la secuencia, titulado “nuestra película es mejor que la vuestra”, resulta extrañamente presciente). 

Por el otro, la serie forja una de sus narrativas más abstractas mostrándonos a cada rato una especie de extraño piloto setentero a lo El coche fantástico en el que Perry y Doofenshmirtz combaten el crimen... hasta que es gradualmente revelado como el pitch de un emocionado Doof ante el ejecutivo de televisión que ha secuestrado y atado a una silla. Me gusta creer que así nació también la propia “Phineas y Ferb”.

“Phineas y Ferb, interrumpidos” (temporada 3, episodio 9-A)

“Phineas y Ferb, interrumpidos”
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¿Qué pasa si Phineas y Ferb se levantan un día y no quieren hacer absolutamente nada interesante? En el caso de Candace, que desaprovechará por completo su oportunidad de oro para pillarles. En el caso de la serie, una aventura trepidante alrededor del aburrimiento puro en la que los personajes se ven obligados a revisitar sus pasos para descubrir qué les ha pasado a los protagonistas, dándonos por el camino otra fantástica sátira de todo lo que la serie ha establecido hasta el momento.

“Perdidos en Danville” (temporada 4, episodio 25-A)

El pequeño equipo de guionistas de la serie no contó con muchos invitados especiales a lo largo de su existencia, pero una notable excepción fue el creador de la brillante The Leftovers, Damon Lindelof. Su figura, que podría parecer poco apropiada para Phineas y Ferb, llamó la atención de sus creadores gracias a su pública pasión por la misma... y resultó sentarle como un guante, ya que el desvergonzado sentido del humor del showrunner transformó el guión de este episodio en una parodia de su divisiva Perdidos a dos niveles. 

“Perdidos en Danville”
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Por un lado, el literal, una trama en la que Phineas y Ferb encuentran una misteriosa escotilla en su jardín. Por el otro, el temático; una brillante secuela de “Usando el tiempo”; en la que Doofenshmirtz enseña a Peter el Panda y su reservada nueva némesis, Mr. Misterio, la parte más importante de una relación de archienemigos: la comunicación. Hay que narrarle airadamente todo plan secreto a tu némesis, porque si algo tiene Lindelof bien claro, es que perpetuar misterios constantes no ayuda nunca a nadie.

“Star Wars” (temporada 4, episodios 32-33)

El gigantesco éxito de Phineas y Ferb logró que sus especiales fueran invadidos poco a poco por la temida sinergia corporativa. La mayoría de casos fueron tan poco adecuados para la serie como se podía esperar (tan solo hay que echarle un vistazo al olvidable crossover Marvel), pero la excepción que confirma la regla es esta divertídisima reinvención de “Una nueva esperanza”, enteramente solapada a los sucesos de la película original, en la que Phineas y Ferb viven una delirante aventura paralela que la reconfigura de formas tan absurdas como efectivas. 

“Star Wars”, episodio de 'Phineas y Ferb'
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El gag de la Estrella de la Muerte siendo un diseño de tecno-cascanueces que el Imperio le ha robado a Doofenshmirtz, e incluyendo por ello uno de sus tradicionales “botones de autodestrucción” preinstalados, es tan brillante que Rogue One lo reharía completamente en serio varios años después.

“El último día del verano” (temporada 4, episodios 33-34)

Incluso en esta era de reboots y resurrecciones, de la que Phineas y Ferb pronto formará parte, esos más o menos cien días de vacaciones debían llegar a su fin de algún modo. El modo que la serie elige es, básicamente, atrapar a Candace en el Día de la Marmota por decisión propia. Aterrada por si el último día del verano implica también un punto y final para sus oportunidades de pillar a sus hermanos, recurre a una invención de Doofenshmirtz para que el día en cuestión se repita en bucle una y otra vez hasta lograrlo... acabando por el camino con el continuo espacio-tiempo. 

Esta narrativa permite a la serie cerrar el arco de su antagonista, cuya evolución siempre fue más relevante que el de unos Phineas y Ferb que siempre han tenido ya bastante claras las cosas, de una forma plenamente efectiva... y a dar pie tras ello a un número musical final (cómo no) que rememora sus mejores momentos de una forma extraordinaria y, admitámoslo, bastante difícil de superar. Pero os aseguro que lo hemos intentado.

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