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'Pose' 3T: Cultura ballroom y vogue, la pugna contra la marginación

'Pose'
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De las calles de Harlem al mainstream, Pose ha celebrado la cultura ballroom a través de sus tres temporadas. Un movimiento contracultural nacido en los años 70 ante la moral mojigata de la sociedad estadounidense y la rebelión contra los balls o competiciones de drags de la época, obsesionados con la piel nívea y los estereotipos caucásicos. Esta nueva corriente estaba íntimamente ligada a la música house y al origen en 1972 de la Casa Labeija, que comenzaría toda una estirpe de familias de acogida. Un espacio de convivencia seguro y fraternal para el colectivo LGTBIQ afroamericano y latino, que daría inicio al mítico vogue o voguing. Este baile sería originado en el pique- o lanzamiento de shade, en la jerga de los balls- entre dos participantes, quienes imitaban las poses de las modelos de la revista Vogue de Anna Wintour. Así surgieron los mejores spins and dips, catwalks y hands en los desfiles de los locales underground neoyorquinos.

La serie creada por Ryan Murphy, Nelson Cragg y Silas Howard para FX ha conseguido trasladar a los espectadores a este ambiente. Los años 80 supusieron el mayor florecimiento de los balls, cuyos eventos acogían a sus miembros marginados por su identidad de género o su orientación sexual, así como por el estigma del VIH y el sida. Muchos jóvenes serían rechazados por sus familias biológicas, obligándoles a vivir en la calle y prostituirse para sobrevivir. Una virulencia que afectó especialmente a las mujeres transgénero, quienes aún sufren en el presente algunos de los episodios de odio y violencia más trágicos.

1990, el gran año

Come on, vogue (vogue). Let your body move to the music (move to the music). ¿Quién no conoce este estribillo? La popularización de los balls llegó en 1990 con el sencillo Vogue, de Madonna. Una melodía que sonó en las emisoras radiofónicas de todo el mundo y cuyo videoclip, dirigido por el cineasta David Fincher, se inspiró en la cultura ballroom. Algo por lo que la cantante fue acusada de apropiación cultural. “Pienso que Madonna hizo del voguing como baile algo mainstream, pero no la cultura o escena que hay detrás. Sí que contó para sus tours y videoclips con algunos bailarines pertenecientes a la escena, pero está claro que ella no inventó nada, que viene de mucho más atrás (es algo que en la propia serie Pose se ve)”, afirma Mother Silvi ManneQueen, precursora de la escena ballroom en España desde 2014.

El mismo año en el que la reina del pop conseguía la gloria, el documental Paris is Burning de Jennie Livingston recogió la historia de algunas de las figuras precursoras en la escena ballroom: Pepper LaBeija, Angie Xtravaganza, Willi Ninja...

Un manual de referencia para programas como RuPaul’s Drag Race, que homenajean esta cultura a través de sus outfits, las pasarelas, el reading o las categorías en las competiciones. Unos elementos que también hemos podido ver registrados en las producciones documentales Kiki, How Do I Look, My House o el reality Legendary, y que Pose también plasma. “Creo que Pose, a pesar de ser ficción, refleja todo el trasfondo social y los problemas del día a día a los que se tenían que enfrentar las personas racializadas y del colectivo LGTBIQ en aquella época en EE UU. Muestra la necesidad de aceptación, apoyo, comunidad y el carácter reivindicativo de la cultura ballroom”.

En la actualidad, la escena ballroom sigue existiendo, adaptada a nuestros tiempos. Las redes sociales han permitido que el movimiento aterrice en ciudades como Madrid o Barcelona, aunque ya contaba con un precedente patrio: Carmen Xtravaganza. En pleno auge internacional, Pose se despide de la Casa Evangelista en su 3T con las interpretaciones sublimes de MJ Rodriguez, Dominique Jackson e Indya Moore. Una pena que los premios Emmy y los Globos de Oro obviaran al cast femenino, centrando el foco mediático en Billy Porter. La lucha por la visibilización y por los derechos trans continúa activa.

Redactor 'Cinemanía'

Amante del cine de terror y la fantasía. Estudié Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, especializándome después con el Máster de Periodismo Multimedia Profesional en la Universidad Complutense. Di mis primeros pasos en Unidad Editorial, SensaCine y la Agencia EFE. Actualmente escribo para CINEMANÍA, donde llevo más de cinco años abordando las películas y las series del momento.

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