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‘The Staircase’, cuando una serie true crime es tu mejor defensa en un juicio por asesinato

Michael Peterson en The Staircase
Netflix

Es la primera pregunta que uno se hace al ver The Staircase, la serie documental de Netflix que antecede a la ficción que este fin de semana estrena HBO Max. ¿Por qué Michael Peterson accedió a que el director Jean-Xavier de Lestrade documentase su terrible odisea judicial? Poco tiempo después de la dramática muerte de su esposa, Kathleen Peterson, este escritor y periodista residente en Durham, Carolina del Norte, accedió a que un equipo de documentalistas franceses se convirtiese en su sombra y grabase absolutamente todo lo que le ocurriese a partir de entonces. No dio marcha atrás en ningún momento. Ni cuando le acusaron de haber asesinado a su mujer, ni durante los tortuosos meses del juicio, ni en los durísimos momentos a lo largo de 16 años de pesadilla que vinieron después.

Los hechos del caso de Michael Peterson son los siguientes. La noche del 9 de diciembre de 2001, el escritor llamó a urgencias y afirmó que había encontrado a su esposa, la empresaria Kathleen Peterson, al final de las escaleras de su casa. Estaba inconsciente pero en esa primera llamada todavía respiraba. En una segunda llamada, Peterson dijo que había dejado de respirar. Cuando llegó la policía, Kathleen había muerto desangrada y, poco después, su marido fue arrestado acusado de asesinato. Desde ese primer momento, el escritor sostuvo que aquella muerte era el resultado de una caída accidental.

La escena del supuesto crimen era turbadora. Kathleen estaba desparramada en el borde de la escalera, bañada en sangre. Las paredes de la escalera parecían sacadas de una película gore. La autopsia reveló unas extrañas heridas en la parte trasera de la cabeza que en algún momento alguien atribuiría al ataque de un búho. La fiscalía se aferró a esas heridas para argumentar que Peterson había matado a su mujer a golpes aunque carecía de un arma homicida. La teoría de que el escritor había asesinado a su mujer con un atizador de chimenea fue impulsada por una de sus cuñadas, Candace Zamperini. 

Para disgusto del fiscal del distrito, con quien Michael Peterson había sido bastante crítico en sus artículos en la prensa local, algunos detalles no encajaban con la teoría del asesinato. Las plantas de los pies de la víctima estaban manchadas de sangre, lo que podía indicar que Kathleen se había caído, golpeándose en la cabeza, y había intentado levantarse, volviendo a caer sobre las escaleras. Si Michael había matado a golpes a su mujer, ¿cómo se explicaba que el cráneo no hubiese sufrido ninguna fractura? Luego estaban los testimonios de los amigos y conocidos, que consideraban que Kathleen y Michael formaban un matrimonio envidiable. Eran almas gemelas. También para sus hijos la relación había sido idílica aunque, mientras llegaba el juicio, hubo varios movimientos entre los miembros de la amplia familia Peterson.

Kathleen era la segunda esposa de Michael. De un matrimonio anterior, el escritor tenía dos hijos varones y dos hijas adoptivas. Los cuatro permanecieron al lado de su padre, mientras que Caitlin, la hija de Kathleen con su primer marido, se alineó con sus tías, Candace Zamperini y Lori Campbell, convencidas de que era culpable del asesinato de su hermana. Las tres jugarían un papel fundamental en la larga travesía judicial de Michael Peterson que comenzaría un par de años después de la muerte de Kathleen.

Documentalistas franceses buscan un caso judicial

The Staircase, la imprescindible serie documental de Netflix que se ha consagrado como el mejor true crime de la historia, fue un empeño personal de Michael Peterson. Al ver Murder on a Sunday Morning, el documental anterior de Lestrade sobre un adolescente afroamericano acusado de asesinato, el escritor tuvo claro que el francés era la persona idónea para contar su historia. Le costó convencer a su abogado, David Rudolf, reticente ante la idea de que el juicio fuese grabado. El acuerdo al que llegaron garantizaba que el documental no vería la luz antes de que el juicio llegase a su fin y que Rudolf podría revisarlo y exigir la edición de cualquier secuencia que pudiese perjudicar futuras apelaciones.

Lestrade también firmo un acuerdo con la fiscalía y, aunque empezó filmando a unos y a otros por igual con el fin de garantizar la máxima objetividad, tres meses después de empezar a rodar, el fiscal del distrito rompió el acuerdo, impidiéndoles grabar su versión. Según cuenta el director en una entrevista en Vulture: “Pudo deberse a que no les gustaba nuestra forma de trabajar o a que eran conscientes de que no tenían un caso sólido”.

La familia Peterson en The Staircase
Netflix

No solo el fiscal del distrito y su equipo se negaron a ser filmados. También las hermanas de Kathleen se distanciaron de Lestrade, consiguiendo a su pesar que el punto de vista de The Staircase estuviese más pegado a Michael Peterson y su abogado defensor. “El propósito de la serie nunca fue que los espectadores piensen que no es culpable –contaba el director en Vulture–. Es el misterio de Michael Peterson lo que es realmente interesante”.

Jean-Xavier de Lestrade y su equipo jugaron un papel fundamental en la vida de Michael Peterson, llegando a utilizarse imágenes del juicio filmadas por los documentalistas en la moción para la reapertura del caso, uno de los múltiples y sorprendentes giros de guion de esta historia. Por ello, no es de extrañar que la miniserie de ocho episodios de HBO Max los introduzca como personajes, viajando incluso a París, donde Lestrade y su productor empezaron a interesarse por la historia de Peterson. La ficción, dirigida por Antonio Campos (El diablo a todas horas), cuenta con un soberbio Colin Firth en el papel del escritor encabezando un reparto imponente: Parker Posey, Sophie Turner, Juliette Binoche, Rosemarie Dewitt, Patrick Schwarzenegger, Michael Stuhlbarg y Dane DeHaan. Toni Collette interpreta a Kathleen en los numerosos flashbacks que Campos utiliza para contarnos la vida de los Peterson antes de 2001

La larga travesía judicial

El juicio contra Michael Peterson duró cuatro meses y fue mediático hasta el bochorno. Sobre todo, desde que el juez Orlando Hudson aceptó introducir en la ecuación la bisexualidad del acusado. Durante el registro de la casa familiar, la policía de Durham encontró pornografía gay y correos que Peterson intercambiaba con scorts. La fiscalía no tardó en utilizar esas pruebas como móvil del delito, asegurando que, tras descubrir esos documentos, los reproches de Kathleen habrían derivado en una pelea y en el ataque de Michael a su esposa. A partir de ese momento, el juicio en el que se debía determinar si Michael Peterson había matado a su mujer pasó a ser un juicio a su persona, demasiado liberal para la sociedad de Carolina del Norte que lo terminaría condenando a ocho años de cárcel.

The Staircase
HBO Max

El documental The Staircase no solo retrata el trasfondo profundamente puritano del juicio a Michael Peterson (y de la sociedad norteamericana) o la arbitrariedad que implican los jurados populares (algo que aquí aprendimos con Dolores Vázquez), sino que, en la línea de Making a Murderer, es un recuento exhaustivo de las fechorías de la fiscalía a lo largo del proceso: una autopsia problemática, una forense que declaró más tarde que había sido coaccionada al redactar su informe, técnicos de laboratorio que mintieron en el estrado… Lestrade no explica el porqué de estas cuestiones pero a lo largo de la serie plantea más de una teoría: ¿Fue todo pura chapuza? ¿O tal vez una vendetta de la fiscalía por los artículos críticos de Peterson?

No hay respuestas para estas preguntas. Como tampoco la hay para la muerte de Kathleen. No en vano uno de los conceptos que más repite la defensa de Michael Peterson a lo largo del juicio es el de la duda razonable. ¿Murió Kathleen desangrada por el ataque de un búho? ¿Por los golpes de su marido? ¿Por un simple resbalón en las escaleras? Por muchos testimonios y experimentos que se hayan hecho, nunca lo sabremos. 

The Staircase
HBO Max

No hay respuestas para la muerte de Kathleen Peterson porque su muerte ocurrió fuera de campo. Una de las cuestiones más interesantes de la serie documental de Jean-Xavier de Lestrade, que demuestra un profundo dominio del lenguaje cinematográfico no solo en este apartado sino en esas elipsis que transpiran los pesadillescos 16 años que duró la odisea judicial del escritor, es que no intenta rellenar ese vacío.

A diferencia de aquella, la miniserie de HBO Max, que explora el caso con la libertad que da la ficción, aunque en este caso la libertad se convierta en una limitación, recrea todas las posibles explicaciones de la muerte de Kathleen. Y, aunque verlas en imagen impresiona, resulta inevitable pensar en la necesidad de rellenar, tapar, completar lo que no vemos, traer dentro lo que estaba fuera, explicar lo que no entendemos. Y, sin justificar a la fiscalía que condenó a Michael Peterson o sus cuñadas, ¿no es precisamente eso lo que hacían al creerle culpable?

Uno de los sentimientos que despierta esta serie documental es la estupefacción. Resulta aterrador ver esa concatenación de pruebas contaminadas, experimentos acientíficos hechos a mala fe y errores judiciales nunca subsanados. Tras el anticlimático final de The Staircase, una demostración exhaustiva de lo injusto que puede resultar el sistema judicial estadounidense, es inevitable volver a la pregunta con lo que iniciamos este texto.

Ya no extraña tanto que Michael Peterson aceptase que aquellos documentalistas franceses a los que apenas conocía grabasen su odisea judicial e incluso denota la inteligencia del escritor, convencido desde el principio de que no se le garantizaría un juicio justo. Efectivamente, ante un sistema incapaz de reconocer sus errores y abusos, la única exculpación real que ha tenido Peterson ha sido esta serie documental.

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Redactora jefa 'Cinemania'

Puedes leerme en CINEMANÍA. Puedes verme en Historia de nuestro cine, el programa de cine español de La 2 en el que colaboro. Y puedes oírme en el podcast 'Mi vida en películas'. Estudié Periodismo y Humanidades en la universidad San Pablo-CEU y tengo un Máster en Literatura inglesa y norteamericana en la Universidad Complutense. He dirigido el documental 'El hombre que diseñó España' y estoy escribiendo un libro sobre la cineasta Cecilia Bartolomé.

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