La exseleccionadora española de natación sincronizada será asesora técnica de Ucrania, uno de los grandes rivales del equipo español para los Juegos de Río 2016.
Tarrés, tres años después de ser despedida por la Real Federación Española de Natación, afirma que es "una oportunidad" y que no se trata de una provocación.
La citada campaña cuenta con más de un centenar de apoyos de deportistas, exdeportistas, técnicos y dirigentes deportivos, como Xavi, Puyol o Guardiola.
La institución que preside Martín Carpena recurrirá ante el Tribunal Supremo una sentencia que le da la razón a la exseleccionadora de sincronizada.
La Federación lamenta que esta última sentencia, que fue comunicada a las partes el pasado 20 de diciembre, haya sido "filtrada" interesadamente.
Denuncia que Anna Tarrés intentó forzar a las integrantes de la selección española de sincronizada para que firmarsen un patrocinio en el que tenía interés.
La sentencia declara la "nulidad" de su despido disciplinario, que se produjo el 17 de diciembre de 2012, dos semanas antes de que finalizara su contrato.
La entrenadora española ayudaría a la selección mexicana de natación sincronizada.
Tarrés llevó a España a la élite de la sincronizada, pero la Federación de Natación decidió no renovarle su contrato pese a los numerosos éxitos conseguidos.
No ha tenido en cuenta los 350.000 euros reclamados por Tarrés por atentar contra sus derechos al ser relevada de sus funciones tras los JJ OO.
El juez declara que la actuación de la Federación Española de Natación de no facilitar una ocupación a Tarrés constituye "una vulneración del derecho al honor".
Todos los ingresos generados por patrocinios, actos publicitarios o participaciones en campus a nivel individual tenían que ser gestionados por la seleccionadora.
Marga Crespí y Andrea Fuentes, dos de las componentes del combinado nacional, reconocen que se vieron forzadas a firmarlo por el "sistema represivo".