Carlos Aranda, hijo del primer fallecido por la COVID-19 en Aragón, y también contagiado, aunque ya está recuperado, ha donado plasma para su uso frente a la enfermedad, con el deseo de que "ayude a otras personas y sirva para salvar vidas". Forma parte de un grupo de pacientes que han sido llamados por el Banco de Sangre y Tejidos de la Comunidad autónoma. "No tuve ninguna duda", ha dicho, en relación a la petición que le formuló este órgano sanitario.

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