Ali Jr se aprestaba a abordar un vuelo en Washington con destino a Fort Lauderdale, en el estado de Florida.
Fue interrogado por teléfono por agentes de DHS y tuvo que dar a conocer su lugar y fecha de nacimiento y su número de seguridad social.
"Creo que están tratando de hacer mi vida un infierno a causa de mi religión, mi nombre (musulmán) y mi testimonio. Testifiqué contra Donald Trump", dijo.
Ambos, estadounidenses, regresaban a casa tras participar en un evento en Jamaica.
"¿Eres musulmán?, ¿De dónde viene tu nombre?", fueron algunas de las preguntas que los oficiales le hicieron a Ali Jr.
"Para la familia, está muy claro que esto está relacionado con los esfuerzos del señor Trump para prohibir (la entrada) a los musulmanes", dice un abogado familiar.
En su día no le premiaron por negarse a prestar el servicio militar que le obligaba ir a la Guerra de Vietnam.
"Pero podemos ver la injusticia a través de los estándares actuales, incluso si estamos en desacuerdo con algunas cosas que Ali dijo e hizo", dicen ahora.
Familiares allegados al legendario púgil han recibido con agrado el reconocimiento póstumo.
Editan el reportaje de Peter Angelo Simon sobre los entranemientos del boxeador antes de viajar a Zaire para intentar recuperar el trono ante George Foreman.
Ali se retiró con sus padres y cuerpo técnico a una zona idílica de Pensilvania donde había diseñado un complejo de 18 cabañas rústicas en un bosque.
El lugar, bautizado como 'Fighter's Heaven', fue luego un hotel rural y ahora está a la venta por 413.000 euros. Conserva el dormitorio, el gimnasio, la cocina...