La ronda española llegará pasado mañana a la capital de Aragón con la meta final en el Paseo María Agustín, después de realizar un recorrido de unos seis kilómetros por las calles de la ciudad, lo que obligará a cortar varias de ellas.
Por décimo tercer año consecutivo, la marca checa Škoda será quien suministre con sus vehículos a la organización de la competición ciclista que transita por las carreteras españolas, pero para esta edición no contará con ningún coche de motor de combustión.
La ronda ibérica disputará en la capital de Castilla y León la décima etapa que será una contrarreloj individual que transitará por los rincones más conocidos de la ciudad vallisoletana, por lo que varias calles se cerrarán a los vehículos.