Fútbol

El eterno culebrón de Gareth Bale

Zidane y Bale, en un partido del Real Madrid.
EFE

El amor-odio del madridismo, tanto el institucional como el mediático y el de la afición, con Gareth Bale es cíclico. Tan pronto el galés se convierte en el gran fichaje obligado que necesita el proyecto de Zinedine Zidane como es el descarte necesario que debería hacer el club cuanto antes para equilibrarse. El jugador ha pasado a la historia blanca con goles como el que anotó en la final de la Champions League de Kiev, pero su nombre suele aparecer más veces al lado de la palabra “lesión” o “polémica” que en el de “gol” (que los anota) o similares.

El último foco de polémica entre Bale y el Real Madrid viene, precisamente, por sus lesiones. El galés ha prohibido al club que emita sus partes médicos, amparándose en el derecho de privacidad que tiene cualquier ciudadano. Desde el pasado 5 de octubre, por lo que van más de 20 días, el ‘11’ madridista lleva sin disputar un partido de fútbol por una lesión de la que no se conoce nada. El Madrid no ofrece ninguna información sobre su estado físico, ni sobre su evolución. La ley de protección de datos le da la razón a Bale, pero no ayuda a que se reduzcan las sospechas sobre él.

Aunque esta noticia, adelantada por ‘Marca’, ha salido a la luz a 28 de octubre, lo cierto es que no es algo nuevo. De hecho, el Real Madrid sólo ha emitido dos partes médicos del galés desde que aterrizó en el Bernabéu: en septiembre de 2017, la de su famosa protrusión, y en enero de 2019. Pese a que ha tenido, al menos, seis lesiones de mayor o menor intensidad, Bale sólo ha aparecido dos veces en el apartado de bajas por lesión del club madridista.

Tampoco ayuda a que tenga una vida casi aparte de sus compañeros. Sus escapadas a jugar al golf, una afición que le ha costado numerosas críticas, o su dificultad para hablar de manera fluida en español le han colocado en la picota. Este lunes se entrenó en solitario por la mañana y a continuación se fue a Londres por un asunto personal. Un viaje relámpago sobre el que se ha especulado mucho: ¿someterse a un tratamiento por sus molestias? ¿Reunirse con su agente? ¿Negociar con algún otro club? 

Sea por lo que sea, tanto Zidane como el club le dieron permiso, ya que desde el Real Madrid prefieren no entrar en una guerra abierta con Bale, al menos pública. Igual que decidieron ceder en esa petición de privacidad sobre su situación médica, lo hacen sobre sus idas y venidas. Lo que realmente les preocupa es el estado físico de un jugador que no ha llegado a enlazar una temporada completa sin pasarse, al menos, un mes lesionado y que no son capaces de quitarse de encima.

“Pendiente de evolución”. Esa es la única respuesta que se obtiene del Real Madrid cuando se pregunta por Bale. De momento ya se ha perdido los partidos contra el Mallorca y el Galatasaray, a los que habrá que sumar el del Leganés de este miércoles y probablemente el del Betis del sábado.

Bale tiene entreabierta la puerta de salida del Real Madrid desde el pasado verano. El propio Zidane llegó a decir que era mejor que se fuera “hoy que mañana”, dejando bien claro que el divorcio es absoluto. Una ruptura que ya está más que clara con buena parte de la afición blanca.

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