Champions League

Aplausos para Mbappé, ovación para Navas y pitos para Neymar... y Bale

Zidane saluda a Mbappé en el Real Madrid - PSG de Champions.
EFE

El empate del PSG dejó al Real Madrid con una sensación muy agridulce, dado que fueron durante prácticamente todos los minutos mejores. Sin embargo, la buena imagen mostrada hizo que para muchos mereciera la pena pagar la entrada para un sitio en un Santiago Bernabéu que empezó bajo el chaparrón.

El partido sirvió para que el público blanco, que no suele ser el mismo en Champions que en Liga, hiciese su particular plebiscito.

Uno de los aplaudidos ya desde el mismo calentamiento fue el deseado Kylian Mbappé. El francés ya es casi un ídolo en el club blanco, pese a que no es aún jugador suyo, y el recibimiento dejó claro que por cariño no será. Pese a ser el mejor de los jugadores de campo del PSG, no fue objeto de críticas. Tampoco celebró su gol... ¿guiño a su futura afición?

El que se llevó una ovación sonora, pese a ser el mejor con mucho de su equipo y convertirse en una pesadilla para los atacantes madridistas fue, precisamente, un exmadridista. A Keylor Navas le recibieron coreando su nombre y le despidieron con la ovación que el Bernabéu no le pudo dar cuando se fue el pasado verano. Notablemente emocionado, respondió con aplausos a los que coreaban su nombre e incluso regaló su camiseta.

Menos amables fueron para otra de las estrellas del PSG. Neymar, pese a ser otro que está en la órbita de los fichajes blancos, salió en la segunda mitad al Bernabéu escuchando sonido de viento. Aún hay muchos merengues que no le perdonan ni su pasado blaugrana, ni sus ganas de volver con Messi y compañía y no elegir en su lugar aterrizar en el Real Madrid, al que ya ha estado a punto de volver varias veces.

Por último, pero no menos importante, también recibió pitos uno que ya lo esperaba porque ya lo sufrió el pasado sábado: Gareth Bale. El galés, que entró en la recta final del encuentro por el lesionado Hazard, volvió a escuchar cómo la grada tiene muy claras sus preferencias y en ningún caso está él el primero. Quizá si la falta que mandó al palo en el minuto 93 hubiera entrado, se hubiera granjeado el perdón del madridismo.

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