Fútbol

El muro del Atlético frena al Liverpool y le da ventaja en los octavos de la Champions

Saúl celebra su gol contra el Liverpool
EFE

Si alguien pensaba que el Liverpool, por muy campeón de Europa y del mundo que fuera, se iba a pasear por el Wanda Metropolitano es que no conoce al Atlético de Madrid. Al Atlético del Cholo, concretamente. El conjunto rojiblanco tumbó en la ida de los octavos de la Champions League (1-0) al líder invicto de la Premier gracias a un gol temprano de Saúl y a un recital defensivo de época con el que no concedió ni un solo entre palos a uno de los mejores ataques del mundo. La ventaja es corta, pero interesante, ahora toca sufrir durante otros 90 minutos en Anfield dentro de dos semanas.

El choque tuvo el inicio soñado para los colchoneros, que marcaron a los cinco minutos gracias a un tanto de Saúl, que se encontró un balón en el área pequeña tras un córner que no tuvo más que empujar a la red. No fue, sin embargo, algo casual. El Atlético había salido a por todas, no dejó dar dos pases seguidos en el inicio a los ingleses y fruto de su presión llegaron varios ataques que acabaron en el tanto inicial.

Correa metió el miedo en el cuerpo de nuevo al Liverpool con una jugada por la banda que no encontró rematador y ahí se acabó el atrevimiento local. Sabedor de la potencia del rival, el Atlético se dedicó a hacer lo que mejor sabe: defender. Todos sus futbolistas dieron un clínic de cómo defender ante uno de los mejores ataques del mundo. Ni rastro de Salah y Mané, anulados. Ni una ocasión de gol concedió el conjunto rojiblanco pese a que hubo tramos de asedio total y absoluto con un Liverpool que exhibía una presión asfixiante que hacía que los reds robaran un balón tras otro en campo rival.

Tuvo Morata en una contra el segundo, pero su buena jugada individual la desbarató Alisson, que tapó bien, mientras que la mejor del Liverpool llegó tras un error de Oblak que acabó en gol de Salah, pero antes hubo un claro fuera de juego de Firmino.

El Cholo no se escondió y al descanso sacó a Marcos Llorente por Lemar, la gran sorpresa del once. El objetivo era claro, mantener esa victoria por la mínima que sabía a oro.

En el único despiste defensivo llegó la mejor ocasión del Liverpool, pero el cabezazo de Salah, solo, se fue peinando el poste de Oblak. Era el inicio de unos eternos minutos de asedio inglés, pero siempre infructuosos ante la infranqueable defensa rojiblanca.

El partido no bajó su intensidad en ningún momento, con dos equipos muriendo en el campo, apretando por cada balón. El Atlético buscaba una contra pero sin encontrarla más allá de un disparo lejano de Lodi, mientras que Henderson tuvo una ocasión clarísima en un remate que se perdió, de nuevo, pegado al palo derecho de Oblak.

El Liverpool lo intentó hasta el minuto final, pero siempre había un defensa, un pie, una cabeza, algo que evitaba el gol de los ingleses, a los que le tocará intentar superar el muro rojiblanco en Anfield.

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