El Gran Premio de Australia de Fórmula 1, previsto para este próximo fin de semana y que inauguraba la temporada 2020, ha sido cancelado por la crisis del coronavirus.
En las últimas semanas se habían extremado precauciones aunque la idea era que no se suspendiera; sin embargo, el caso positivo de contagio dentro de la escudería McLaren derivó en 24 horas esperpénticas en las que se planteó de todo. Desde el mismo momento en el que el equipo de Woking se fue, empezó a cundir el pánico entre todos los presentes. El temor a un contagio, tanto entre los competidores como entre el público, se extendió.
Sin embargo, todas las partes implicadas se negaron a cancelar de inmediato y comenzaron 24 horas absurdamente caóticas. La FIA, la Fórmula 1, los equipos y los organizadores del Gran Premio comenzaron a hacer reuniones a varias bandas, cada uno tirando hacia un lado.
Tanto se alargaron estas reuniones que cayó la noche del jueves en Australia y no se había llegado a un acuerdo. A primera hora ya del viernes, los equipos votaron: siete lo hicieron en contra de correr (Ferrari, Haas, Mercedes, McLaren, Renault, Williams y Alfa Romeo) y tres a favor (Red Bull, AlphaTauri y Racing Point).
La situación se volvió más rocambolesca, porque los pilotos no querían correr de manera mayoritaria, hasta el punto de que varios directamente no se presentaron en el circuito en la mañana del viernes y se fueron al aeropuerto, caso de Sebastian Vettel y Kimi Räikkönen. Max Verstappen y su padre y respresentante, el expiloto Jos Verstappen, sí fueron pero ante lo rocambolesco del escenario, se marcharon muy enfadados diciendo que no estaban dispuestos a correr.
Para añadir otro ingrediente al culebrón, el Premier de la región de Victoria anunció en televisión que si se disputaba el Gran Premio sería sin público... mientras cientos de aficionados se agolpaban a las puertas del circuito para intentar entrar, dado que cuando salieron en su dirección parecía que sí se iba a disputar.
El Gobierno de Victoria advirtió que si el GP seguía adelante, sería sin público... mientras cientos de fans ya estaban en las puertas del circuito
Mercedes fue el primer equipo en mandar un comunicado en el que informaba de que no veían suficientes garantías de seguridad para sus miembros y para los fans, y el resto de equipos les siguieron en cascada.
Ante la eventualidad de que no llegaran a juntar los 12 coches necesarios para disputar un Gran Premio, la FIA, la Fórmula 1 y la Corporación del GP de Australia se vieron obligados a rendirse y cancelar definitivamente el que iba a ser el primer Gran Premio del año.
"Sabemos que estas son noticias muy decepcionantes para los miles de fans que iban a ir a la carrera y todas las entradas serán devueltas", informaron en el texto.
Formula 1 and the FIA, with the full support of the Australian Grand Prix Corporation (AGPC), have taken the decision that all Formula 1 activity for the Australian Grand Prix is cancelled pic.twitter.com/rHbc7hlNvH
— Formula 1 (@F1) March 12, 2020
Queda por ver qué ocurre ahora con el GP de Bahréin, que está previsto para la próxima semana a puerta cerrada. El país árabe ha impuesto un bloqueo a los viajeros que lleguen de países de alto contagio, como Italia y España, por lo que pilotos como Carlos Sainz o Antonio Giovinazzi, los equipos Ferrari y AlphaTauri, o el suministrador de neumárticos Pirelli no podrán aterrizar allí.
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