Iker Jiménez tiene muchas inquietudes, más allá del mundo del misterio. El popular periodista de lo extraño es un apasionado del fútbol, deporte que practica de forma amateur pero muy encendida cada vez que puede. Por eso, para él también ha sido una dura pérdida la muerte de Michael Robinson.

El vitoriano ha compartido una emotiva despedida hacia el inglés, en un vídeo que ha colgado en su canal de Youtube. Por un día, ese canal no habla de conspiraciones, ni avanza asuntos sobre el tema del momento (por el que ha sido muy criticado, al ser uno de los primeros en advertir de su gravedad), sino que muestra su lado más humano.

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Con una foto fija de Robinson en su etapa en Osasuna, club al que Jiménez tiene un gran cariño, comienza el vídeo con una frase: "¿Por qué me duele tanto la muerte de Michael Robinson?".

"Yo le vi en el campo, en el viejo Sadar, junto a mi abuelo Joaquín y mi tío Titín. Ambos estaban expectantes para que saltara el guerrero del Liverpool, como todo Pamplona", rememora, sobre un 1986 que para él fue "la frontera del retrofútbol".

"Robinson era el último de una estirpe", afirma Jiménez, sobre su fútbol y cómo se tuvo que bregar con leyendas como 'Tarzán' Migueli. "Fue el último ejemplo de un fútbol de furia, de carácter indómito. Un fútbol de carácter global menos domesticado, quizá", rememora, antes de bromear sobre su primer encuentro en los pasillos de la Cadena SER, donde Jiménez presentaba su 'Milenio 3'.

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"Era imposible que Michael Robinson caiga mal a nadie", afirma. "Noto que se me ha muerto una voz amiga, ligado a mi juventud y madurez sin fallar jamás", señaló.

"Siento más su muerte que la de muchos allegados, para qué voy a mentir. Hay personas que son familia más que la propia familia. Era de mi familia espiritual", admite. "Aunaba dos de mis grandes pasiones: el fútbol y la comunicación. Lo primero lo sigo jugando, porque me hace volver a ser niño", afirma, y no duda en calificarle como un "ídolo" que ha tenido. 

"Debería ser homenajeado en las facultades de Ciencias de la Información, como la de otro maestro como Félix Rodríguez de la Fuente", pide sobre un hombre al que califica como "la banda sonora de una buena parte" de su vida y que, al final del vídeo, hace que se le rompa la voz hasta el límite del llanto.

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