El Málaga está bajo fuego cruzado. A un lado de la trinchera están los propietarios del paquete mayoritario de acciones y, por tanto, dueños del club con el jeque Al Thani al frente. Al otro, la administración judicial a la que está sometida la entidad desde hace más de 100 días por las irregularidades en su gestión.
Desde el mes de febrero, la familia de Al Thani (él y sus hijos) está apartada de la gestión efectiva del club, después de que la Asociación de Pequeños Accionistas del Málaga impusiese una querella por "administración desleal, apropiación indebida e imposición de acuerdos societarios abusivos". En su lugar está el administrador José María Muñoz, que es quien decidió imponer un ERE (no un ERTE) a los trabajadores del club.
Ante esta situación, Al Thani, que insiste en ejercer de presidente, ha protestado. En un comunicado, se ha comprometido a readmitir a todos los afectados por el expediente de regulación de empleo siempre que se reinstaure a Richard Shaheen como director general, momento en el que "analizaremos la situación de los trabajadores para su readmisión inmediata, pues se trata de un ERE totalmente innecesario e inapropiado".
En este sentido, el catarí señala que "este tipo de acciones, que comenzaron con el despido del propio Shaheen, solo consiguen empobrecer al club" y agrava aún más "la situación incierta del equipo a nivel financiero, administrativo y deportivo".
Al Thani insiste en el comunicado en que deben recuperar el control del Málaga. "Apartarnos de la gestión no es la solución a la situación financiera por la que atraviesa el Málaga C.F., de hecho, los errores que está cometiendo el Administrador Judicial serán problemas que tendremos que solventar a nuestro regreso", asegura.
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