El mejor Real Madrid de la temporada echa gasolina a los incendios del Barça más caótico

Sergio Ramos celebra su gol ante el Getafe.
Sergio Ramos celebra su gol ante el Getafe.
Oscar J. Barroso / AFP7 / Europa Press
Sergio Ramos celebra su gol ante el Getafe.

El solitario gol de penalti de Sergio Ramos al Getafe dio una victoria que puede valer media Liga al Real Madrid, que atraviesa la mejor racha de resultados de la temporada. 

Los cuatro puntos de ventaja sobre el Barça con los que el conjunto blanco comenzará la jornada 34 de la competición doméstica no hacen sino ahondar en una crisis que ha convertido al conjunto culé en un transatlántico lleno de agujeros.

Los incendios aparecen por todas partes. Institucionalmente, Josep María Bartomeu está cuestionado desde mucho antes del inicio de la pandemia. El presidente culé está buscando a la desesperada calmar los ánimos de todos, toda vez que se enfrenta a unas futuras elecciones en las que le salen rivales más o menos duros.

Deportivamente la situación no mejora. En el equipo de fútbol han pasado de ser líderes con buen juego a ceder tres empates en seis partidos. Quique Setién está señalado como el gran culpable de no saber controlar el vestuario y de gestionar mal sus activos, lo que repercute en los resultados. Sentenciado por la afición, la prensa afín y los jugadores, el futuro del cántabro pende de un hilo.

Los incendios del seno de la plantilla culé están focalizados en varios sectores. El de Antoine Griezmann es uno de los más importantes: el que iba a ser uno de los grandes referentes en el ataque culé ha pasado a ser un suplente de muy bajo perfil. Él se lo toma con filosofía, al menos públicamente, pero no tanto su entorno, que no duda en apuntar directamente a los despachos. 

Otro buen fuego es el que hay con Leo Messi. El capitán blaugrana ha mostrado su desprecio a las órdenes de Setién y la desconexión que conlleva al respecto. La imagen del argentino pasando de las instrucciones del cuestionadísimo Eder Sarabia, ayudante de Setién, es una buena muestra de lo que ocurre en el vestuario. Para más inri, surgen rumores sobre una ruptura total de las negociaciones para su continuidad más allá de 2021, según la Cadena SER.

Todo ello con una planificación deportiva que ni ilusiona ni se entiende. El trueque Arthur-Pjanic pone de manifiesto el fracaso del brasileño como heredero de Xavi, que ya se postula como futuro técnico culé por lo que pudiera pasar, y señalan a Éric Abidal como responsable de una secretaría técnica que no acierta en sus decisiones. Ni por sus fichajes, ni por cómo mantener sus activos presentes, ya que Marc Cucurella estaba considerado como una apuesta de futuro ante la eventual bajada de forma de Jordi Alba y le han perdido.

En el basket, también

En el equipo de baloncesto tampoco va mejor la cosa. La derrota en la final de la ACB se ha llevado por delante al técnico, Svetislav Pesic, y ha traído al exjugador Sarunas Jasikevicius para intentar darle un empuje serio a la sección. En sus primeras 24 horas ha caído uno de los pesos pesados: el exmadridista Ante Tomic.

Mientras tanto, en el Real Madrid todo es felicidad. El conjunto blanco ha recuperado el buen juego, los resultados (lleva seis victorias en los últimos seis partidos), son líderes y se les ve con fuerzas para afrontar no sólo lo que queda de Liga sino también el regreso de la Champions League en agosto.

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