Ferrari da un golpe de timón ante un monoplaza desastroso y llevará uno totalmente nuevo al GP de Estiria

Charles Leclerc, durante el GP de Austria
Charles Leclerc, durante el GP de Austria
ANTONIN VINCENT / DPPI / AFP7 /
Charles Leclerc, durante el GP de Austria

Ferrari ya se dio cuenta en la pretemporada que el SF1000 no iba a estar a la altura, ni mucho menos, del Mercedes W11. Las malas sensaciones de febrero se confirmaron cuatro meses después, en el GP de Austria que abrió la temporada de Fórmula 1. 

El segundo puesto de Charles Leclerc se debio más a problemas ajenos (abandono de Verstappen, sanción a Hamilton...) y al buen hacer del monegasco que al rendimiento puro del monoplaza rojo. Por eso, en la Scuderia han decidido adelantar lo que ya tenían previsto para Hungría y van a estrenar un monoplaza prácticamente nuevo en la segunda cita en el Red Bull Ring, que se ha bautizado como GP de Estiria.

Los datos obtenidos en el primer Gran Premio del año han sido demoledores. En las rectas pierden casi 6 décimas con el Mercedes, lo que en un circuito cuya vuelta rápida es 1:07.475 (marcado por Norris en el último momento) es muchísimo. En curvas lentas no tienen tampoco ganancia, mientras que en las rápidas la tracción es tan pobre que ni pueden defenderse ni pueden atacar.

Por eso, las piezas previstas para el Hungaroring (que tampoco es un circuito exactamente como el de Austria) ya han partido desde Maranello.

En Ferrari directamente admiten que el plan les ha salido muy mal y tienen que rectificar cuanto antes. "El SF1000 no estuvo a la altura, incluso en comparación con las expectativas previas al evento", advirtieron tras la carrera del domingo. "Debido a esto, vamos a adelantar al próximo fin de semana la introducción del paquete aerodinámico programado para el Gran Premio de Hungría, o, al menos, algunos de sus componentes", confirman.

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