F1

La última vuelta de Hamilton en el GP de Gran Bretaña con una rueda pinchada vista desde dentro de su coche

Hamilton observa su rueda pinchada en el GP de Gran Bretaña
-/Fia Pool via Press Association

De las 87 victorias (a cuatro del récord absoluto de 91, en posesión de Michael Schumacher) que tiene Lewis Hamilton en su palmarés en Fórmula 1, muy pocas habrán sido tan tensas como la lograda en el GP de Gran Bretaña de este extraño 2020.

A falta de una vuelta para rematar la faena, el neumático delantero izquierdo de su imbatible Mercedes W11 pinchó, como instantes antes le había pasado a su compañero Valtteri Bottas y a Carlos Sainz con el McLaren. Empezó entonces una lucha contra los elementos: su coche iba a tres ruedas y por detrás llegaba un león como Max Verstappen dispuesto a quitarle el primer puesto de un zarpazo.

La suerte se alió con el campeón. Gracias a que el neerlandés de Red Bull entró a boxes (contra sus deseos) para cambiar neumáticos (que también iban muy maltrechos y, de paso, para llevarse la vuelta rápida con el punto extra que da), Hamilton tuvo margen suficiente para dar el último giro casi completo con la rueda pinchada y ganar la carrera. 

Desde dentro del coche se ve perfectamente lo mal que lo pasó. Se escucha y se ve todo: el grito ahogado de Hamilton al pinchar, los avisos de Peter Bonnington, su ingeniero de pista, que le fue diciendo (en voz baja, para no aumentar la presión) la distancia a la que iba Verstappen o, lo más curioso, cómo Hamilton duda de si han completado la carrera o no porque de la tensión ni vio la bandera a cuadros.

Es normal que Hamilton se bajase del coche con las revoluciones de su cuerpo casi tan altas como las del Mercedes. "Hasta la última vuelta, todo iba bien", explicaba después. "Valtteri estaba tirando fuerte y yo gestionando algo las gomas. Cuando me dijeron que él pinchó, mi neumático parecía que estaba bien. Pero en la recta se ha desinflado, noté un cambio de forma en el neumático y tenía el corazón en un puño. Ya veía cómo se salía la llanta. Pasé de tener 19 a 10 segundos. Me decían 9, 8, 7... así que tenía que pisar el acelerador. Nunca he experimentado nada así en la última vuelta. Casi se me para el corazón. Iba rezando. Casi no llego, pero gracias a Dios lo hicimos", relató.

Para desgracia de los rivales de Mercedes, la superioridad técnica del W11 y el impresionante control de Hamilton le permitieron ganar a tres ruedas, algo que si bien no es nuevo (Jim Clark lo hizo en 1967, por citar uno), sólo lo han conseguido unos pocos en la historia del automovilismo.

Con esta victoria, unido al 0 que sumó Bottas, Hamilton ya tiene 30 puntos de ventaja sobre su compañero al frente de la clasificación del Mundial de pilotos, lo que significa que, incluso con un improbable fallo este domingo, seguiría siendo líder.

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