Mucho más que Varane: los culpables de la eliminación del Real Madrid de la Champions ante el Manchester City

Raphael Varane, durante el partido contra el Manchester City
Raphael Varane, durante el partido contra el Manchester City
EFE
Raphael Varane, durante el partido contra el Manchester City

El Real Madrid, equipo con más Copas de Europa, se despidió por segundo año consecutivo en octavos de final, y con dos derrotas en la eliminatoria contra un Manchester City que les ganó antes y después del confinamiento.

Todas las miradas y críticas iniciales fueron hacia Raphael Varane por los groseros errores que costaron los dos goles de la victoria 'sky blue', pero además del central francés, hay otros culpables que quedan señalados.

1. Varane

No es el único, pero tampoco queda libre de condena. Varane es un central experimentado que no puede dejar que Gabriel Jesús le robe la cartera cuando está recibiendo un pase de Courtois sobre la línea de córner, ni Sterling puede ganarle un balón alto en un centro largo.

Sin Sergio Ramos al lado, el campeón del mundo con Francia mostró unas carencias que Militao no pudo tapar. El capitán blanco, expulsado en la ida, fue una ausencia demasiado importante en un vital duelo en el que hacía falta la seguridad y, sobre todo, el miedo/respeto que genera en sus rivales.

"Quiero dar la cara hoy. Esta derrota es mía, lo tengo que asumir. Estoy triste por mis compañeros y por el esfuerzo que han hecho. Tengo mi responsabilidad en esta derrota. Estábamos bien en el partido, lo habíamos preparado bien, pero los errores se pagan caros a este nivel", se disculpaba Varane tras el partido.

2. Zidane

Desde la alineación a los cambios, Guardiola le ganó la partida a Zidane tanto en febrero como ahora en agosto. En el partido de vuelta, la única baja clave era la de Ramos, y sin embargo decidió apostar por un once con un ataque que no salió bien.

Benzema fue el único que generó peligro, con un Rodrygo aceptable pero al que le falta rodaje y un Hazard al que se le pide más. Sacar a Asensio por el joven brasileño en el 61 fue la solución que propuso Zidane, y pese a que no estaba dando resultado, no fue hasta el minuto 85 cuando realizó los demás cambios. Con Vinícius e Isco en la grada mirando sorprendidos, sacó a Valverde, Lucas Vázquez y Jovic, tres futbolistas de rotación y poco más.

3. Casemiro

Casemiro es el muro de carga del Real Madrid. Si el brasileño está fuerte y en posición, raros son los balones que llegan con facilidad al ataque rival.

No fue su peor partido, pero sin duda tampoco el mejor. De Bruyne se movió con relativa facilidad, lo que propició transiciones rápidas y efectivas hacia los atacantes, y tanto Sterling como Gabriel Jesús tuvieron cierto margen para poner en riesgo a Courtois. 

Modric tampoco fue el del final de LaLiga y volvió a recordar más al de principio de año, por lo que su labor quedó algo tapada también.

4. Hazard

La primera temporada de Eden Hazard con el Real Madrid no se puede dar como aprobada, vistas las expectativas que había puestas en él. El belga llegó con la vitola de posible Balón de Oro, y su aportación (lesiones aparte) ha sido escasa.

Ante el Manchester City demostró muy poco de su calidad. Algún uno contra uno, del que no se fue ninguno, y poca conexión con Karim Benzema, que volvió a cumplir con nota y sigue de dulce.

La falta de rodaje y asentamiento con sus compañeros empieza a preocupar en la parroquia madridista, que esperaban de él que apareciese en partidos como el de este viernes y, sin embargo, algunos se acabaron preguntando si había llegado a tomar el vuelo a Gran Bretaña.

5. La actitud

En términos generales, al Real Madrid le faltó un elemento clave en una eliminatoria a remontar: actitud. Ningún equipo en el mundo es capaz de sacar las ganas en Champions como el trece veces campeón, y sin embargo esa garra no apareció.

La apatía con la que los futbolistas afrontaron el partido dio alas a un City que sin hacer su mejor fútbol, cumplió con creces. La ausencia de Sergio Ramos fue crítica en este aspecto, ya que pocos como el camero para levantar a un equipo que esperaba un grito que llegó desde la grada y no desde el césped.

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