El Cádiz - Osasuna, además de suponer la vuelta a la máxima competición del fútbol español al cuadro amarillo, estuvo marcado por el homenaje de ambos conjuntos a uno de sus personajes más queridos, Michael Robinson, que falleció el pasado 28 de abril tras luchar con un duro cáncer. 

Ambas escuadras a las cuales el inglés les guardaba un enorme cariño, le dedicaron un emotivo minuto de silencio antes de que el balón comenzase a rodar, así como para todos los cadistas que han perdido la vida recientemente. 

Todo ello, alrededor de una ofrenda floral de cada equipo en su recuerdo. Los capitanes de ambos conjuntos, José Mari y Oier Sanjurjo, fueron los encargados de colocar sus respectivos ramos en el centro del campo.

Además, los jugadores del Cádiz portaron una camiseta al saltar al campo en memoria del exjugador en la que se podía leer 'Siempre Robin'. Los futbolistas rojillos quisieron unirse también, pero decidieron finalmente saltar al campo con la camiseta de su compañero Chimy Ávila, lesionado de nuevo de gravedad.