La semana fantástica llega al Tour 2021: Eslovenía ríe, Colombia sufre y España se permite soñar

  • Cuatro etapas marcarán el desenlace de un Tour en el que manda el dúo esloveno: Roglic-Pogacar.
Primoz Roglic, ganador de la cuarta etapa del Tour.
Primoz Roglic, ganador de la cuarta etapa del Tour.
EFE
Primoz Roglic, ganador de la cuarta etapa del Tour.

Un par de horas pedaleando, descanso activo que le llaman para la jornada de relax, y vale ya. No están las piernas del Tour para excesos y hay que guardar gasolina para lo que llega: buffet libre alpino, una montaña rusa constante, tramos de arena en los que sálvese quien pueda y ascensos por pendientes de 21 kilómetros: toda una vida cuesta arriba, interminable.

Eso es lo que queda al pelotón, donde el sentimiento va por barrios. Sonríen como nunca en la manzana eslovena, con Roglic y Pogacar tiranizando a todos, porque nadie está tan fuerte como ellos... de momento. Profesor y alumno se miran ahora de reojo pues su meta es superlativa y viste de amarillo. De momento, es Roglic quien lleva la prenda, conociendo ya de primera mano las obligaciones que implica su pedigrí :responder preguntas sobre dopaje. «No tengo nada que ocultar», ha dicho muy tranquilo.

Disfruta Eslovenia y padece Colombia, donde son legión los aficionados ciclistas y la nómina de candidatos para esta cita gala: hasta seis conviven entre los 20 primeros clasificados, con Rigoberto Urán y Miguel Ángel López en tercera y cuarta plaza, al acecho de una debilidad de los madones eslovenos. Ellos son la excepción al mal momento de sus compatriotas: Carapaz, Chaves y, sobre todo, Quintana y Bernal, los dos grandes mártires del ascenso a Grand Colombiere, donde se dejaron minutos para aburrir... y algo más. «Tres años de vida perdí en esa etapa», exageró Bernal, todavía número 1 del Tour.

A partir de la quinta plaza, que ocupa el británico Adam Yates, la lucha por la medalla de bronce se abre a varios corredores, empezando por el australiano Richie Porte y seguido de los españoles Mikel Landa y Enric Mas, ambos cotizando al alza dentro del segundo escalón.

Cuatro etapas plenas de emoción

Landa llega a la semana de los Alpes en la reserva, o al menos eso parece, pero es su terreno y tendrá que moverse si aspira a escalar en la clasificación y ser merecedor de los galones que le dio su equipo. Para esto cambió de escuadra Mikel, para estar delante cuando los mejores tienen que estar delante. Ya saben, cabeza de ratón y esas cosas. Enric Mas, mientras, descansó ayer convencido de que, excepto el dúo esloveno, el resto de rivales no son imbatibles.

Cuatro grandes jornadas quedan para comprobar cómo termina la película. Hoy, etapa que finaliza en Villard-de-Lans (3ª). Miércoles, jornada por las nubes con los dos puertos por encima de los 2.000 metros: La Madeleine (17 kms al 8,4%) y el Col de la Loze, un monstruo de 21,5 kms al 7,8%. No acaba nunca. El jueves, maratón de subidas y bajadas con cinco puertos y, para rematar, la última agonía:36 kilómetros contra el crono el sábado con meta en La Planche des Belles Filles (1ª; 6 kms al 8,5%). Y luego, siempre nos quedará París.

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