Ya lo advirtió después de lo ocurrido en el US Open: "No puedo prometer que no vuelva a hacerlo". Y ha sido en el siguiente Grand Slam, Roland Garros, cuando Novak Djokovic ha vuelto a darle un pelotazo a un juez de línea.

Ocurrió durante su partido de octavos de final contra el ruso Karen Khachanov. El número 1 del mundo estaba intentando llegar a una difícil bola que le envió su rival, y medio trastabillado rozó con el mástil de su raqueta lo justo para desviar, pero no golpear, la pelota. El rebote cambió de trayectoria hasta impactar directamente contra la cara de un juez de línea, que se encontraba sentado viendo el encuentro.

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Inmediatamente, dados los precedentes, Djokovic fue a pedirle disculpas y a comprobar que se encontraba bien. Esta vez no hubo escenas tan graves como las del torneo de Nueva York, donde la juez de línea se fue al suelo entre quejas por el golpe, sino que el afectado simplemente entendió que son gajes del oficio.

Esta vez, 'Nole' no fue castigado por lo sucedido, ya que no hay ningún tipo de intención en el golpeo de la pelota, y que simplemente fue un rebote que tuvo la mala suerte de irse hacia el árbitro, con quien Djokovic se disculpó.

Djokovic continuó el partido con normalidad y se impuso a Khachanov por 6-4, 6-3 y 6-3 para clasificarse a cuartos de final del torneo parisino.

El recuerdo de Nueva York

Recordó 'Nole' el mencionado pelotazo en el US Open: "Ha sido como un déjà vu", dijo. "De hecho, estoy tratando de encontrarle porque he visto que tenía un pequeño hematoma. Espero que esté bien. Le he golpeado porque estaba muy cerca", explicó.

Y lamentó que se le diera más importancia de la que tiene: "Después de lo que pasó en Nueva York, creo que habrá gente que intentará hacer una historia de esto, pero me ha ocurrido a mí y durante los 15 últimos años a muchos otros jugadores", zanjó.