Polémica en el rugby mundial: prohíben a las mujeres transgénero jugar en equipos femeninos "por motivos de seguridad"

  • World Rugby no acepta los tratamientos para reducir la testosterona, como en el caso de la atleta Caster Semenya.
  • Uno de los casos más relevantes es el de la australiana Hanna Mourney.
Detalles de las medias arcoíris de algunos de los jugadores del equipo de rugby Ciervos Pampas, durante un partido jugado el Día del Orgullo Gay, en Buenos Aires (Argentina).
Un equipo de rugby lleva medias arcoíris por el Día de los Derechos LGTBI+
EFE
Detalles de las medias arcoíris de algunos de los jugadores del equipo de rugby Ciervos Pampas, durante un partido jugado el Día del Orgullo Gay, en Buenos Aires (Argentina).

El organismo que rige y establece las normas del rugby se encuentra en el centro de las críticas del movimiento LGTBI+, después de elevar a regla la prohibición de que las mujeres transgénero compitan en ligas femeninas.

El caso de Hanna Mourney, de un equipo femenino australiano, ha suscitado una gran polémica entre sus rivales, lo que hizo que la Federación del país oceánico elevase una duda a World Rugby. Este, que ya había enviado un borrador en julio, confirmó el pasado viernes la prohibición absoluta de que las mujeres transgénero (nacidas hombres) militen en conjuntos femeninos a través de unas guías que "recomiendan que las jugadoras transgénero no practiquen rugby femenino de contacto, por razones de seguridad, en el rugby de élite e internacional donde el tamaño, potencia, fuerza y velocidad son claves para el riesgo y rendimiento".

Estudio de World Rugby sobre los deportistas transgénero
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"Como en otros deportes, las diferencias fisiológicas entre varones y mujeres requieren de categorías masculinas y femeninas específicas para el rugby de contacto, por razones de rendimiento y seguridad. A partir de las evidencias disponibles sobre el efecto de la reducción de testosterona en atributos físicos para mujeres transgénero, se decidió que la seguridad y justicia no se pueden asegurar, por el momento, para mujeres que compitan en rugby de contacto con mujeres transgénero", zanjan al respecto.

Dichas evidencias se refieren a que, pese a los tratamientos para reducir la testosterona (como lo que exige la IAAF a Caster Semenya para competir en pruebas de atletismo), no se llegan a igualar las condiciones físicas de las mujeres biológicas con las mujeres transgénero. Según los datos de la guía de World Rugby, "se sabe que los varones biológicos (cuya pubertad y desarrollo está influenciado por andrógenos / testosterona) son más fuertes entre un 25% y un 50%, son un 30% más poderosos, un 40% más pesados y aproximadamente un 15% más rápidos que las hembras biológicas".

Esta nueva normativa ha generado una gran polémica en el colectivo, que les acusan de no basarse en datos científicos serios. "Decisiones importantes como esta deben basarse en evidencias sólidas y relevantes y trabajar en estrecha colaboración con las personas trans que practican este deporte", afirman desde la organización en favor de los derechos LGBTI+ Stonewall. 

Bill Beaumont, presidente de World Rugby, está abierto a que esta norma cambie. "Reconocemos que la ciencia continúa evolucionando y estamos comprometidos a revisar regularmente estas pautas, siempre buscando ser inclusivos", destacó tras la publicación de la guía.

Los hombres transgénero (nacidos mujeres) sí pueden competir en equipos masculinos.

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