Diego Armando Maradona tras su retirada: muchos problemas de salud y excesos con las drogas y el alcohol

Leopoldo Luque y Maradona
Leopoldo Luque y Maradona
EFE
Leopoldo Luque y Maradona

Los problemas de salud de Diego Armando Maradona, fallecido este miércoles de un paro cardíaco a los 60 años, comenzaron cuando ni siquiera había colgado las botas. Los excesos con las drogas en su etapa como futbolista fueron de conocimiento público tras dar positivo en cocaína en su etapa en el Nápoles, en 1991, pero fue en el año 2000, poco después de su retirada, cuando una sobredosis de dicha droga derivó en una crisis cardiaca mientras estaba de vacaciones en Uruguay.

Los médicos detectaron una cardiopatía severa y Maradona se marchó a Cuba, con su buen amigo Fidel Castro, donde estuvo internado durante meses en un largo proceso de rehabilitación.

Unos años después, en 2004, Maradona recayó de su adicción y sufrió una severa crisis cardiorrespiratoria. Primero estuvo una semana y media en un hospital de Buenos Aires y después volvió a Cuba para ser de nuevo internado de forma prolongada.

Los problemas cardiacos no eran nuevos para él, pues en su etapa final como futbolista, en 1997, fue internado en Chile por problemas de presión arterial. En el 2000 sufrió en Uruguay una crisis hipertensiva y una arritmia ventricular.

El sobrepeso por una vida llena de excesos con la comida y, sobre todo, el alcohol, también fue otro problema para el Pelusa. En 2005 se realizó un bypass gástrico en Colombia y en 2015 otro en Venezuela. Tras el primero perdió 35 kilos y con el segundo, 25.

Los problemas de salud fueron una constante en su vida. En 2007 fue internado en Argentina por una hepatitis aguda agravada por el consumo de alcohol; en 2010 un perro le mordió la cara y tuvieron que hacerle una cirugía reconstructiva del labio superior; en 2012, cuando dirigía al Al Wasl, en los Emiratos Árabes Unidos, fue operado de cálculos renales. Y en pleno Mundial de Rusia 2018, el Pelusa sufrió una descompensación y se le bajó la presión arterial mientras veía en el estadio el triunfo de Argentina ante Nigeria.

Su declive físico era más que evidente, agravado en 2019, cuando fue operado en Argentina por sufrir una artrosis severa en la rodilla derecha que le impedía caminar con normalidad. Ese mismo año, en julio, Leopoldo Luque, contó que Maradona sufre de insomnio y que a veces "pasa días sin dormir". El médico también afirmó que El Pelusa estaba completamente "limpio de cocaína", pero que "por momentos tiene excesos con el alcohol". Esto último era más que evidente, eran constantes los vídeos que cada cierto nuevo se filtraban de Maradona en estado de embriaguez.

A principios de noviembre, el Pelusa fue ingresado por anemia, deshidratación y con un "bajón anímico", pero al realizarle chequeos se le diagnosticó un hematoma subdural y al día siguiente fue operado. Con éxito, en principio, aunque su abogado reconoció que Maradona había pasado "el momento más duro de su vida". Días después recibió el alta y se fue a casa a recuperarse. Este 25 de noviembre, el mundo del fútbol llora desconsolado su pérdida.

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