![El capitán del Real Madrid, Iker Casillas, y el entrenador Jose Mourinho (2i).](https://imagenes.20minutos.es/files/image_640_360/files/fp/uploads/imagenes/2013/05/20/60707.r_d.324-230.jpg)
Iker Casillas habla sobre su relación con Jose Mourinho en la quinta entrega del documental Colgar las Alas, de Movistar. El portero recuerda su etapa en el Real Madrid con el portugués como entrenador del equipo, así como la tensión entre ambos, dejando perlas del tipo “asumí que yo era el topo”.
El que fuera capitán del Real Madrid repasa algunos situaciones vividas en los Clásicos contra el Barça, donde habla de tensión máxima, coincidiendo con su suplencia en algunos partidos y las acusaciones por parte del entrenador de que era el topo del vestuario. “¿Qué tengo que hacer, defenderme de algo que no es? Me tocó a mí algo que no hice. Me callé más y asumí que yo era el topo y el que hablaba con la prensa. Me callé mucho más de lo que tenía que haber dicho”, explica Iker Casillas.
CASILLAS Y LA ACUSACIÓN DE TOPO
— Fútbol en Movistar+ (@MovistarFutbol) December 18, 2020
-"Tenía que haber hablado con él, de eso sí me arrepiento. Asumí como que yo era el topo".
-Mourinho: "Probablemente sí, ahí la comunicación no ha sido muy importante". #ColgarLasAlas pic.twitter.com/hIoQjm2XkC
El problema fue que aquella acusación fue más allá del entorno del vestuario blanco, tal y como hace referencia el portero al relatar una situación vivida con unos aficionados del Real Madrid. “Iba en mi coche tranquilamente, y me empezaron a decir ‘la culpa es tuya, es tuya’. Era por todo lo que se había hablado. Como no decía nada, se enrevesó todo y fui víctima de mi silencio”, comenta Casillas.
Las tensiones con Mourinho y una relación amor-odio
La relación entre Mourinho y Casillas no fue precisamente la de un amor idílico. El técnico y el jugador pasaron por diferentes altibajos, siendo mucho más sonoras las crisis que las alegrías, incluidas etapas en las que ni siquiera se dirigían la palabra. “Hay un partido con el Levante, en el que nos distanciamos a varios puntos del Barcelona. Y ahí empezamos dejar de hablar. Un día, en un cuarto solos, él me empezó a decir que si no podía hacer todo de cara a la galería para la gente. Yo le dije que tampoco me parece coherente que un profesional le metiese el dedo en el ojo a otro entrenador”.
Tras un tiempo en el que paría que las cosas se habían arreglado entre ambos, la situación volvió a torcerse en la temporada 2012-13. Fue entonces cuando Iker Casillas fue relegado a la suplencia por primera vez. “Nuestro desgaste fue el tercer año. Hasta el segundo era relación amor-odio. Me comentó que no me veía centrado, no me veía bien. Y yo pensé que podía ser verdad. Tenía otras cosas que también me preocupaban”, recuerda el portero, que sin embargo no pasa por alto el gran gesto de Mourinho cuando Casillas sufrió un infarto. “Se puso en contacto conmigo, me deseó lo mejor. Son los detalles con los que tengo que quedarme. La gente le ha sacado más punta que nosotros”.
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