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El espeluznante relato de Jakobsen sobre su accidente: "Ya me estaba preparando un lugar en el cielo"

El ciclista holandés Fabio Jakobsen volvía a nacer el 5 de agosto de 2020, el mismo día en el que una acción con Dylan Groenewegen pudo haberle costado la vida. Jakobsen estuvo varios días en coma y sufrió heridas serias que le desfiguraron la cara, pero tras numerosas operaciones ya se encuentra bien y de hecho, ya se le ha vuelto a ver subido a una bicicleta.

Más de cuatro meses después del accidente, el holandés ha concedido su primera entrevista para el medio de su país 'AD', en la que rompe el silencio sobre lo ocurrido en el Tour de Polonia. "Recuerdo estar de buen humor, saludar a mi amigo Julius van den Berg, cómo llegué al último kilómetro junto a mis compañeros Davide Ballerini y Florian Sénéchal. Eso es lo último que recuerdo. Luego, todo se vuelve negro", comienza rememorando. 

Jakobsen recuerda la reacción de su compañero Florian para auxiliarle. "Había sangre por todas partes. Florian vio que me estaba ahogando con mi propia sangre. No podía moverme, vio el pánico en mis ojos. En un acto reflejo tomó mi cabeza y la levantó ligeramente para que la sangre corriera por mi boca y garganta", explica el holandés, apuntando que su compañero tampoco recuerda más.

Ya estando en el hospital, el ciclista de Heukelum recuerda que "pensaba que estaba muriendo". "Estaba aterrado, estaba luchando, sentía pánico. Fueron los días más largos de mi vida. Esta allí como un zombi", relató. Además, contó cómo llevaron un sacerdote que todavía no sabe si llevaron para que rezase por él o para que le diese la extremaunción en caso de ser necesario.

"Tal vez oró para que yo viviera, pero por el mismo dinero ya me estaba reservando un lugar en el cielo"

“Me preguntaron si podía sentarse a mi lado. Yo solo asentí. No soy un hombre religioso, ni nada por el estilo. Si hubieran enviado a un imán o a un budista habría tenido la misma reacción. Estaba desesperado, solo quería vivir. Leyó un libro, en italiano. Tal vez oró para que yo viviera, pero por el mismo dinero ya me estaba reservando un lugar en el cielo”, rememora Jakobsen.

No fue hasta el tercer día en el hospital que el holandés supo que seguiría con vida, pese a un comunicado médico con un terrible diagnóstico. "Contusión cerebral. Fracturas en mi cráneo. Nariz rota. Paladar roto y desgarrado. Diez dientes que ya no estaban. Parte de mi mandíbula superior e inferior desapareció. Cortes en mi cara. Me cortaron el pabellón auricular. Pulgar roto. Hombro magullado, pulmones magullados. Mi nervio de la cuerda vocal ha sido golpeado. Y mis nalgas muy magulladas", revela.

"Recibí el golpe con la cara y luego con el culo: con eso le di una bofetada a ese hombre –comisario de la UCI–. Fue suerte, tengo un culo bastante gordo. En la primera semana también desarrollé grandes úlceras, y no pude sentarme sobre ellas durante cuatro semanas”, añade sobre su estado físico. 

Labio, dientes y nariz todavía desfigurados

Sin embargo, el accidente le ha dejado algunas secuelas y todavía se recupera, comparándose con un boxeador tras recibir una paliza. "Tengo un labio hendido, donde golpeé la valla publicitaria y mi nariz parece haber estado boxeando con Mike Tyson. Pero el daño está principalmente en el interior. Han desaparecido pedazos de hueso, es una gran cicatriz. Tenía ochenta puntos de sutura solo en mi paladar. Tomaron un trozo de hueso de mi zona pélvica y lo pusieron en mi mandíbula"

Pese a que lo peor ya ha pasado, afortunadamente, para Jakobsen, el ciclista comentó que tendrá que volver a ser operado para sanarse por completo y "ver si puede volver a ser ciclista". "En febrero tendré otra operación, luego me pondrán un implante en el que luego me colocarán los dientes. Pero eso llevará un tiempo. No volveré a tener todos mis dientes hasta el próximo otoño. Estoy bastante tranquilo y no me preocupa mucho la imagen exterior", concluyó sobre su estado de salud el holandés.

Su relación con Groenewegen

Jakobsen también fue preguntado por su relación actual con Groenewegen, quien fue el que causó el accidente empujándole hacia las vallas para intentar llevarse la etapa, y al que culpa "en cierto sentido". 

"No tengo la mente abierta para decir que él no tiene la culpa. Sobre todo lo siento. Lo siento por mí, por él, por nuestros equipos. Éramos los dos mejores velocistas holandeses y entre los mejores del mundo. Tenía muchas ganas de competir contra él. Y luego sucede algo así en, con el debido respeto, la Vuelta a Polonia. Me cuesta entender por qué lo hizo. ¿No me vio? ¿Corrió demasiado riesgo? ¿Quería ganar a toda costa? Sabía que era un final rápido, conocía los riesgos", cuestiona Jakobsen. 

"Espero sinceramente que pronto podamos dejar todo esto atrás"

"Me envió un mensaje preguntándome cómo estaba. Respondí. Recientemente me preguntó si podíamos encontrarnos. Puedo entender que este asunto pesa mucho en su alma y que busca terminar con ello. Pero no estoy preparado para eso", comentó desde un punto de vista personal.

"Está recibiendo mucha mierda de personas anónimas detrás de sus teclados, lo cual es ridículo. Espero sinceramente que pronto pueda hacer lo que se le da bien, correr, y que podamos dejar todo esto atrás", sentenció.

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