La vida de Delonte West, exjugador de la NBA que acabó viviendo en la indigencia y gravemente afectado por sus adicciones y la enfermedad mental que sufre, está recuperando un poco de luz y estabilidad gracias, en gran parte, al dueño de los Dallas Mavericks, Mark Cuban.

Las alarmas saltaban el año pasado, cuando West fue visto en medio de la calle recibiendo una paliza y, posteriormente, pidiendo limosna al estar en una situación de total indigencia.

El dueño de los Mavs, que ya apostó por el jugador llevándolo a su franquicia cuando ya comenzaban a manifestarse de manera preocupante los problemas derivados de su bipolaridad, prometió en su momento que le ayudaría a salir de esa terrible situación y así ha sido.

Cuban recorrió la zona en la que se había visto pidiendo al base hasta que lo encontró en una gasolinera y decidió, entonces, ingresarlo en un centro de rehabilitación de Florida que él mismo se ha encargado de costear.

Allí, West, que hace unos meses fue visto ya visiblemente mejorado e, incluso, jugando al baloncesto, ha recobrado cierta estabilidad y su vida parece estar encauzándose de nuevo.

De hecho, las últimas informaciones desde Estados Unidos revelan que ha encontrado trabajo en el mismo centro de rehabilitación en el que completa su desintoxicación y su salida de los infiernos está yendo por buen camino.