El partido entre el Llerenense y el Cacereño de la Tercera División ha dejado una de las jugadas más sorprendentes de los últimos tiempos en el fútbol, por lo menos, semiprofesional, todo por no saberse las reglas de este deporte y terminar encajando uno de los goles ridículos del año.

Todo comienza en un saque de puerta cuando, Christian, portero del Llenerense, cedió en corto a su central que estaba dentro del área, donde los atacantes no pueden ingresar hasta que el balón se ponga en juego. No obstante, el desconocimiento de la normativa derivó en la gran tragedia para los locales.

Los jugadores del equipo blanco creían que el rival no podía tocar el balón hasta que el central recibiese, por lo que el defensa, al ver que el delantero del Cacereño, Teto, esprintaba hacia el balón, se quedó quieto a la espera de que la árbitra invalidase la acción. 

Nada más lejos de la realidad, puesto que el conjunto visitante anotó a placer ante la incredulidad de los jugadores del Llerenense, que se apresuraron a reclamar a la colegiada que el gol no debía de haber subido al marcador. Sin embargo, y tras ratificarlo con su asistente, no hubo nada ilegal y el 0-2 subió al marcador. 

Finalmente, el gol del Cacereño que pudo haber sido un punto de inflexión, les sirvió para golear a su rival por 0-4 para sumar su décima victoria de la temporada y liderar el Grupo 14-B de la Tercera División.