Para un deportista tan competitivo como LeBron James, quedarse sin finales de la NBA no es algo fácil de digerir. Ya lo veía venir antes de que acabara el partido determinante con Phoenix Suns, y de hecho ni siquiera acabó el encuentro para mostrar su malestar.

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En los segundos finales, mientras ya los jugadores de Monty Williams festejaban y los de un cada vez más cuestionado Frank Vogel bajaban los brazos, LeBron enfiló el vestuario. Cabizbajo, con gesto muy serio y sin saludar a nadie (sus compañeros sí lo hicieron), su impotencia y su mal perder se vio claramente en esta actitud.

La imagen habla por sí misma:

Una vez en el vestuario, más calmado, le quitó hierro al asunto. De hecho, se acercó al vestidor de los rivales y les felicitó e incluso firmó una camiseta a la gran estrella de Phoenix, un Devin Booker que siempre le ha admirado.

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Ahora le toca descansar hasta la próxima temporada, porque LeBron James no formará parte del presumible 'Dream Team' de Estados Unidos para los Juegos Olímpicos de Tokio. El 'Rey' anunció que renunciaba a la cita olímpica, con cierta sorna porque sí tendrá compromisos: le tocará promocionar el estreno de Space Jam 2.

"Creo que este verano voy a jugar para el ‘Tune Squad’ en vez de los Juegos Olímpicos, en eso me centro ahora", afirmó, entre risas.

James, de 36 años, señaló que su prioridad este verano será descansar y hacer todo lo necesario para volver la temporada que viene listo. Este año ha sufrido problemas con su tobillo, que se lesionó en marzo, lo que ha lastrado en parte el rendimiento general de su equipo.

A efectos prácticos, esta decisión supone que LeBron renuncia a volver a una cita olímpica, ya que para París 2024 tendrá 40 años.