Ray Zapata y la norma que le ha dejado sin oro en Tokio 2020: ¿por qué ganó Dolgopyat si tenían la misma puntuación?

Ray Zapata, durante la final de suelo de Tokio 2020
Ray Zapata, durante la final de suelo de Tokio 2020
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Ray Zapata, durante la final de suelo de Tokio 2020

"El segundo es el primero de los que pierden", una frase atribuida al piloto de Fórmula 1 Ayrton Senna, suele emplearse para que los grandes campeones se motiven para no ganar la medalla más agridulce del deporte: la plata.

Ray Zapata acabó en Tokio 2020 con 13 años de sequía de la gimnasia artística española, pero aún así no se sintió del todo satisfecho. Se sabía oro, y de hecho tuvo puntuación como tal: exactamente la misma que el hombre que estaba en el primer peldaño del podio, el israelí Artem Dolgopyat: 14.933.

¿Por qué no tenía el oro? La razón: la dificultad elegida. En los ejercicios gimnásticos, los deportistas anuncian qué ejercicios van a hacer, y en función de la dificultad establecida se puntúa. El israelí eligió una rutina de dificultad de 6.600, ligeramente superior que Zapata (6.500). Dolgopyat incluso recibió una sanción, pero mínima: pisó fuera del tapiz una vez con un pie, con lo que le restaron 0.1 puntos (que no cuenta para el desempate): si hubieran sido los dos, le habrían restado 0.3 y ahí sí que hubiera sido determinante. Ambos acabaron empatados, 8.433, en ejecución, pero al tener una dificultad mayor, ganó el israelí.

"Cuando ha salido su nota, no entendía que le situaran a él primero y a mí segundo. Él había presentado un ejercicio con más dificultad que yo y si estábamos empatados quería decir que mi ejecución había sido mejor. En el desempate, desde siempre, en toda la historia de la gimnasta, manda la ejecución antes que la dificultad. Pero esta vez no. He flipado mucho, la verdad. Se han sacado de la manga una norma que no había visto en mi vida", se desahogaba en la zona mixta, enfadado, Zapata.

"Se han sacado de la manga una norma que no había visto en mi vida"

Aunque al final celebró la plata como si fuera un oro, a Ray le queda la espina de que a él le suelen puntuar menos. Una mancha que persigue a muchas competiciones que dependen de los árbitros, caso de la gimnasia artística. En la femenina, de hecho, a Simone Biles le amenazaron con bajar la nota si en estos Juegos se hubiera atrevido a hacer su Yurchenko con doble mortal carpado, aunque la retirada de la estadounidense lo ha dejado en el plano de los 'Y si...'.

Quizá por eso, Ray no se atrevió a presentar en el concurso su 'Zapata II', la evolución de un movimiento de suelo patentado con su nombre. 

"Hasta el último día, hasta este mismo domingo, estuvo dudando sobre si hacer el salto que lleva su nombre, el 'Zapata I' o ir más allá e intentar su evolución, el 'Zapata II'. La diferencia parece mínima, hacer el salto con las piernas encogidas o estiradas, pero en realidad supone un cambio enorme. Y por eso, al final, decidió no arriesgar", admitía su entrenador, Benjamín Bango, en declaraciones recogidas por 'El Mundo'.

Quizá si lo hubiera elegido y le hubiera ssalido bien, Zapata le hubiera podido dedicar a Olympia un oro y no una plata. O quizá se hubiera quedado fuera del podio, en función de la decisión (o el ánimo) de los jueces.

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