Fútbol

El Madrid deshace al Celta con Benzema y Vinícius en modo leyenda y se pone líder

Benzema y Vinícius celebran un gol.
EFE

El Real Madrid regresó al Bernabéu y lo hizo con victoria, como requieren las grandes noches. Los de Ancelotti se impusieron no sin dificultad a un Celta que puso en apuros a un conjunto madridista que demostró, como había hecho su hermano en baloncesto apenas dos horas antes, que nunca se le puede dar por muerto.

Un 5-2 que suena holgado pero que costó, sobre todo al principio, para los blancos, que vieron como Santi Mina abría el marcador para el conjunto gallego cuando apenas se cumplían cuatro minutos de partido tras un error defensivo colectivo con el joven Miguel Gutiérrez algo despistado y Nacho y Casemiro que no hablaron el mismo idioma.

Pero como pasa en el fútbol, y como debería ser obligatorio en la vida, el Madrid se creció ante la adversidad y volvió a mirar al partido de cara, con buena salud del centro del campo en adelante que equilibraba el buffet libre de empanadas de la defensa.

Así, y 20 minutos después del varapalo del tanto de Mina, aparecía el señor que lidera este negociado y que, además, portaba de nuevo el brazalete de capitán. Como siempre, Karim Benzema se echó el equipo a la espalda para empezar de nuevo.

Una genialidad de Franci Cervi - que incluyó un autopase con el poste después de una rabona de calidad- volvía a poner a los gallegos por delante en una primera parte buena del Madrid pero sin duda más efectiva por parte del Celta.

De nuevo, Benzema respondió con un cabezazo que restablecía el empate tras un pase a la mismísima testa por parte de Miguel Gutiérrez, al que el error cometido en el primer gol del Celta ni le rozó la moral.

Ya en la segunda parte un Vinícius en estado de gracia -ya lleva cuatro goles en su cuenta personal esta temporada- hizo el tercero y puso por primera vez al Madrid por delante en el marcador. La asistencia fue de Karim Benzema, el que lo controla todo, y la buena definición de Vini hizo el resto. El brasileño se volvió loco de alegría y se metió en la grada a celebrar con los aficionados, lo que le costó una amarilla que a buen seguro le dio igual.

El Real Madrid fue entonces el Real Madrid y en la segunda parte sólo hubo un equipo sobre el terreno de juego. Uno atrevido, rápido, con ideas y con sus activos en buena forma para volver a poner las ilusiones en el carro de campeonar.

La guinda del pastel, el debut de Eduardo Camavinga. El francés entró en sustitución de un buen Hazard -al que el Bernabéu apladuió con ecos de fe- y tuvo ese debut con el que sueña hasta el más pesimista.

Un jugadón inidividual de un estratosférico Luka Modric que el pasado jueves cumplió 36 años fuera de su planeta cuyo rechace le cayó al nuevo fichaje del Madrid que puso el 4-2 en el marcador.

Ya para ponerle la puntilla a un Celta que apenas se asomó a Courtois en los dos goles, un penalti sobre Vinícius que Benzema convirtió en el quinto final y el tercero para él. Un hat trick para el capitán que debería llevarse siempre los balones a su casa.

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