Marcar la friolera de 41 goles en una temporada con 33 años no está al alcance de cualquiera, ni mucho menos. Robert Lewandowski lo logró en la pasada campaña, lo que le valió ganar la Bota de Oro a máximo anotador continental, algo que el Bayern agradece a más no poder.

Robert Lewandowski recibe la Bota de Oro 2020-21 por sus 41 goles, superando a Messi y Cristiano Ronaldo

Para llegar a ese nivel se requiere de una disciplina casi monacal. El delantero polaco mantiene unas rutinas en las que no deja nada al azar, y que van mucho más allá de la propia preparación física habitual de un deportista de élite.

Fue por influencia de su esposa Anna. "Todo empezó hace unos diez años. Fueron primero pequeñas cosas, como con la dieta, también con sesiones de entrenamiento específicas fuera del fútbol. Y luego, uno o dos meses después, ya veía los primeros pequeños efectos", relató en la gala de entrega de la Bota de Oro.

Esas pequeñas cosas empezaron por eliminar la harina de trigo, la lactosa o las grasas saturadas de la dieta, y acabaron por modificar notablemente las costumbres en casa. Lewandowski duerme siempre en una habitación con la luz a un nivel muy específico y con una temperatura constante, sea verano o invierno. Además, también se preocupa de los olores en los lugares de descanso y emplea aromaterapia para relajarse antes de irse a la cama. En la habitación no tiene luz azul (o luz fría) y ni mucho menos televisión o aparatos electrónicos.

Una de las rutinas que más sorprende a sus compañeros es el orden de las comidas: Lewandowski siempre empieza por el postre. Se puede comer una manzana y después tomar una sopa o un plato de pasta.

Este tipo de actitudes le ha ayudado a recuperarse mejor de los partidos y, por tanto, a mantener un nivel físico y mental óptimo. "Cuando llegaba a casa después de los partidos, hablaba con mi mujer de lo que podía mejorar. (...) Vi muchas cosas en las que simplemente puedo ayudarme a mí mismo hablando, intentando averiguar dónde funcionan o no las cosas", relataba.