Tenis

La intrahistoria del escudo del Real Madrid con el que Manolo Santana ganó Wimbledon en 1966

Manolo Santana fue un pionero del deporte español en una época muy complicada. Mientras muchos compatriotas tuvieron que emigrar para ganarse el sustento propio y de los que se habían quedado en un país de posguerra, él se convirtió en una inspiración a los que estaban lejos.

Para muchos de ellos, el nombre de Manolo Santana sonó por primera vez en julio de 1966, cuando se convirtió en el primer tenista nacional en conquistar el torneo de Wimbledon. Su foto levantando el trofeo, sonriente, con un impoluto polo blanco como marca el protocolo contaba con un detalle que no pasó desapercibido: en el pecho tenía bordado el escudo del Real Madrid. Tras ese parche hay la historia de una de las primeras campañas de márketing deportivo de la historia del fútbol.

Santana, con el escudo del Real Madrid en el pecho, levantando el trofeo de Wimbledon
EFE

El hombre detrás de esa idea fue Raimundo Saporta, la mano derecha (e izquierda) de Santiago Bernabéu. El Real Madrid ya era toda una institución, reinaba en el continente como el máximo ganador de la Copa de Europa y, de hecho, apenas dos meses antes había conquistado la sexta contra el Partizán de Belgrado.

Aún con el sabor de la victoria en la boca, Saporta se enteró de la afición de Santana por el club y quiso tener un detalle con él. Ni corto ni perezoso, cogió un avión y se plantó en el hotel donde se hospedaba Santana. Le hizo entrega del parche y al tenista le gustó tanto que le pidió a un empleado del hotel que se lo cosiera en el polo con el que iba a disputar la final contra el estadounidense Dennis Ralston.

Aunque fue más por su juego que por este detalle, el escudo del Madrid le sirvió de amuleto para tomarse venganza de su rival, que le acababa de ganar semanas antes en Queen's. Santana ganó en tres sets (especialmente duro fue el segundo, que se fue al desempate 11-9) y levantó el trofeo.

En ese momento cayó de que le podía caer un problema: Wimbledon es (era) muy exigente con el protocolo de vestimenta y podían sancionarle. No sólo no lo hicieron, sino que lo encontraron un detalle muy curioso y propicio en ese contexto, ya que Inglaterra acogía el Mundial de Fútbol ese año.

Todo salió perfecto: Santana ganó Wimbledon y el Real Madrid, gracias a la audacia de Saporta, uno de los primeros 'anuncios' deportivos de la historia.

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