Con la voz quebrada y las lágrimas aflorando, José Martínez Sánchez, Pirri, atiende nuestra llamada. Pupilo y amigo de Paco Gento en el Real Madrid, la noticia del fallecimiento de la 'Galerna del Cantábrico' le ha afectado de manera muy severa.

"Tremendo, estoy afectadísimo, es una autentica pena, me he quedado de piedra. Es un momento para mí muy difícil", acierta a decir Pirri.

Y entonces empieza a recordar. Coincidió con Gento durante siete temporadas en el Real Madrid. Cuando llegó, el cántabro ya era toda una leyenda y, lejos de alejarse de los jóvenes, ejerció en todo momento de hermano mayor y guía para ellos:

"Gento fue mi ídolo, llegué con 19 años al real Madrid (en 1964), en esa época del equipo yeyé y me enseñó todo, lo que significaba ser futbolista, ser popular y ser jugador del Madrid. Qué hacer, qué comportamiento adoptar, dónde podíamos ir y dónde no, todo fuera del campo..., hasta qué meter en la maleta", recuerda con admiración.

Más allá de su figura futbolística, que Pirri considera "inigualable", destaca su faceta humana: "Una gran persona, sencillo, humilde, familiar, discreto, parecía distante a veces porque él no estaba en el mundo mediático, él se dedicó a su familia", detalla.

"Para mí personalmente es el número uno. En el Madrid no ha habido otro jugador como Gento, que además de querer al equipo quería a sus compañeros, a los de ahora, a los suyos, a todo los que defendían la camiseta blanca", añade.

Justo antes de Navidad, relata Pirri, llamó a su mujer con la intención de quedar a comer con él y con Amancio, pero ya no fue posible: "Estaba ya muy malito", revela apenado.

Los homenajes que a buen seguro recibirá el seis veces campeón de Europa le parecerán pocos a Pirri, que considera al cántabro el mejor de la historia del club: "Gento ha dado una generación de deportistas al Madrid y lo que le hagan será poco para lo que él ha dado al equipo, si es una estatua, que sea bien grande", concluye, visiblemente afectado.